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Como un gran humanista y actor, pero sobre todo como un gran amigo, describe Aurelio Olvera, director de la Banda del Estado de Querétaro a Hugo Gutiérrez Vega. Y las historias que pasaron juntos, como parte de la compañía Cómicos de la Legua, el actor hoy las recuerda como inolvidables momentos.
“Hugo era un gran amigo, un gran compañero, un gran humanista, y con él compartimos el deseo de ser actores, él fue siempre un excelente actor y nos enseñó los primeros pasos para poder hacer de esto una aventura tan agradable, que nació con buena estrella, porque los 56 años que cumplió Cómicos de la Legua dan una garantía de lo que significó la buena nueva que diera Hugo Gutiérrez Vega, en aquel entonces, de formar un grupo queretano de jóvenes universitarios, para darle al pueblo lo que es del pueblo: la cultura”, recuerda Aurelio Olvera.
En el atrio de Santa Rosa de Viterbo, el 5 de septiembre de 1959, fue la primera función de los Cómicos de la Legua. Aurelio Olvera fue invitado por los hermanos Roberto y Juan Servín Muñoz, para ser partícipe del acontecimiento.
“Llamó la atención de todos, porque fue toda una novedad, en aquel entonces no se pensaba que un grupo con esas características pudiera permanecer, continuar, y ya son 56 años. La noche de la primera función fue una noche inolvidable, todavía no existía la Plazuela Mariano de las Casas, era la placita de Arteaga, entonces todos las personas que había por ahí, con la continuidad de las funciones, se fueron aprendiendo las obras, y a veces cuando se les olvidada a algún actor, una niña que vivía ahí enfrente le soplaba que es lo que seguía”, recuerda.
Aunque dejó a los Cómicos, Gutiérrez Vega siguió al tanto de la labor de la compañía. “Nos dio mucho gusto volverlo a ver como agregado cultural en Londres, en donde nos invitó a los Cómicos de la Legua para hacer una actuación en un instituto de idiomas y recuerdo lo grato que era como anfitrión, al ofrecernos su casa, posteriormente hubo oportunidad, aquí en Querétaro, de hacer convivencias de amigos, porque él nunca dejó a Querétaro, siempre era la querencia venir a Querétaro, siempre continuadamente venía, fue un queretano siempre de cariño a esta ciudad”.
“Yo creo que deja un gran legado Hugo, como amigo, como escritor, como poeta, es icono de la cultura queretana”, agrega Aurelio Olvera.