En días pasados, el Teatro Metropolitano de la ciudad de Querétaro fue testigo de las innumerables muestras de cariño y admiración a la coreógrafa y bailarina Guillermina Bravo, quien fue homenajeada con un espectáculo lleno de música y baile por parte del Colegio Nacional de Danza Contemporánea y la Orquesta Filarmónica de Querétaro, bajo la dirección de José Guadalupe Flores.
El público, al arribar al lugar, pudo leer algunos pensamientos de grandes escritores, coreógrafos y amigos de la bailarina que falleció el año pasado; entre los que resalta el del dramaturgo Emilio Carballido: “Guillermina Bravo es la madre de la danza escénica en México”, además pudieron observar una fotografía de la fundadora del Colegio Nacional de Danza Contemporánea.
Bravo fue recordada con música y danza. Alrededor de 23 bailarines interpretaron la “Consagración de la primavera”, de Igor Stravinsky, y “La noche de los mayas”, del mexicano Silvestre Revueltas seduciendo al público con distintas técnicas de baile contemporáneo como Limón, Release y Graham.
Cada una de las piezas coreográficas fue inspirada en las raíces mexicanas, partiendo de los otomíes y ñañús, consagrando el origen y la tradición de los pueblos indígenas que conforman un gran legado cultural.
La danza estuvo a cargo del coreógrafo Desiderio Daxumi Sánchez, quien en conjunto con Orlando Scheker, director del citado colegio, lograron un espectáculo de primer nivel, al proyectar en escena sentimientos y emociones con una mezcla de movimientos corporales.