Más de un centenar de huesos de animales y algunos ejemplares posiblemente humanos de finales del periodo Pleistoceno, es decir, de hace más de 10 mil, fueron hallados en Atotonilco de Tula, Hidalgo, durante trabajos de construcción de una planta tratadora de aguas residuales, donde arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) efectuaron el rescate.
Los restos óseos de animales extintos —algunos de los cuales llegan a medir hasta 1.60 metros— corresponden a costillas, vértebras, cráneos, maxilares, defensas (colmillos), cuernos y caparazones, de especies tales como gliptodonte, mastodonte, mamut, camello, equino, venado, posiblemente bisonte y otras aún sin identificar.
En el conjunto de huesos de megafauna, también se descubrieron dos herramientas de piedra de la misma época, que permanecieron sepultados por milenios cerca del sitio donde hoy desemboca el cauce del drenaje profundo de la Ciudad de México.
El salvamento de estos vestigios requirió de minuciosas labores de excavación arqueológica que duraron cinco meses.
Se trata del hallazgo más numeroso y variado de restos de megafauna extinta, encontrados juntos, registrado hasta el momento en la Cuenca de México, destacó la arqueóloga Alicia Bonfil Olivera, al dar a conocer el descubrimiento que permitirá obtener información amplia sobre la variedad de especies animales que convivían en esta parte del país hace 10 mil o 12 mil años; tentativamente datan de la última etapa del periodo Pleistoceno, durante el cual se dieron las últimas glaciaciones de la denominada era de hielo.