Más Información
El municipio de Ezequiel Montes, ubicado en el centro del estado de Querétaro, está marcado por eventos históricos de gran relevancia. Alcanzando la categoría de municipio en el año de 1941, fue dividido en dos principales delegaciones, cuya fundación data desde hace más de 400 años, Villa Progreso y Bernal.
Es ahí, en el pueblo resguardado por el tercer monolito más grande del mundo, donde pude encontrar grandes amistades que fueron clave para la recreación de las vestimentas que sus familiares usaron a principios del siglo XX. Hace unos dos años aproximadamente, Sarita Feregrino me ayudó por medio de sus parientes y amigos, como doña Guadalupe Ugalde Montes, Margarita Feregrino, Ana Montes, Tania Olvera, las hermanas Flores Rincón, a dar fe por medio de fotografías y testimonios de la forma de vestir, principalmente de las familias adineradas de esta delegación.
Una de las personas que todavía conservan físicamente parte de esta riqueza textil de época de los años 1900 es la señora Matilde Cano. Vestidos elegantes de encajes muy finos con telas como el brocado o el nipis, denotaban el estatus y la clase social de los habitantes de aquella demarcación. Porque según fueran sus ingresos, era el acceso a las telas y a los diseños que podían adquirir, ya fuera mandándolas traer de las ciudades grandes o traídas por los arrieros que “regresaban de llevar a vender las cosechas a lugares tan alejados como Colima, Veracruz, Tampico, etc., trayendo consigo telas finas de seda, porcelanas chinas finas, entre otras muchas mercaderías” (Jiménez, 1996).
En contraste fue en la delegación de Tetillas, como se le sigue mencionando popularmente a Villa Progreso, donde surgieron los testimonios de cómo las mujeres campesinas y de menos recursos económicos pudieron conservar más sus costumbres y tradiciones. Cuenta el cronista Omar Arteaga Paz, autor de varios libros y originario de esta población fundada por otomíes venidos de la provincia de Xilotepec, que al llegar a estas tierras con “vegetación propia de zona semidesértica, con sus principales especies como mezquite, órgano, nopal, cardón, ñonfi, escobilla, sábila y maguey” (Jiménez, 1996) empezaron la explotación de la fibra del ixtle que utilizaron para elaborar prendas de uso habitual.
Con el tiempo, influencia y un tanto de imposición, fueron adquiriendo telas como la cambaya, cabeza de indio, calicot, la manta y rebozos. Esta indumentaria mestiza tenía mucha similitud con la usada en otras poblaciones. Usaban un saco de percal, delantal de cambaya, nagua con bordador de labor y camisa de manta. Para algún evento especial o en alguna fiesta, usaban telas brillantes como el chermés o el calicot y no podía faltar el indispensable rebozo de bolita de hilo de algodón.
En el caso del varón, su vestimenta era influenciada por las actividades económicas que realizaban. Teniendo este municipio una gran influencia ganadera y con tradiciones charras muy arraigadas, se les podía observar a los patrones o hacendados, quienes eran personas con mayor recurso económico, llevar trajes de charro de botonadura de plata para sus eventos o competiciones, y trajes de camisa y saco para casamientos u otros eventos civiles importantes. No era el caso del varón de menos recursos que tenía a su alcance solamente las mantas de algodón para elaborar sus calzones, camisas, patíos y huaraches de correa, engalanando sus vestimentas diarias con jorongos de lana elaborados en los populares talleres de telares de pedal, que todavía sobreviven y donde también se fabricaban cobijas, y sombreros de palma de copa alta. Muchos años después, y probablemente por la cercanía e influencia del estado de Hidalgo, entró en popularidad el sombrero xamatí de vuelta y vuelta.
Al pasar de los años y como terminó siendo en todo el territorio nacional, el acceso a la “modernidad” hizo que las prendas usadas por las personas, fueran ricas o pobres, hacendadas o campesinas, se fueran modificando de a poco y esa moda empezara a entrar en desuso por las generaciones más jóvenes alrededor de los años 30 del siglo pasado.
