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Convertida en terminal del conocimiento, el arte y la cultura, pero también el punto de encuentro con la historia y las raíces de su pueblo, la antigua estación del ferrocarril en Hércules reúne lo mismo a niños que a jóvenes y personas de edad madura.
Fundada en 1903, la estación fue parte importante en el abastecimiento de materias primas para la fábrica textil “El Hércules”, pero también en el traslado de pasajeros, actividad que concluyó a finales de los 80.
Una década más tarde, Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), en liquidación, se deshizo de sus inmuebles, entre ellos la estación Hércules, que fue donada al municipio de Querétaro con la condición de que se transformara en un espacio dedicado al arte, la cultura, la educación, la recreación y el conocimiento.
Con este compromiso es que en 1998 el inmueble asume su nueva vocación y da paso a la biblioteca pública municipal “Gildardo Rangel Andrade”, primer encargado de la Biblioteca estatal, ubicada en la Casa de los Leones en el Centro de la Ciudad y finalmente integrada al Centro Cultural Manuel Gómez Morín con la biblioteca Central Francisco Cervantes en 2003.
Con más de 100 años de existencia, esta construcción localizada en la cabecera delegacional Villa Cayetano Rubio, concentra un importante acervo bibliográfico a disposición de los queretanos y en particular de los habitantes de la zona.
Esta nueva vocación se amplía en años posteriores con la donación de siete vagones por parte de FNM, mismos que son rehabilitados para las tareas de educación y las artes.
Se trata de cuatro vagones de pasajeros, un dormitorio ópalo, además de dos vagones exprés, comparte Margarita Ladrón, jefa del departamento de Patrimonio y Servicios Culturales de la Secretaría de Cultura del municipio de Querétaro.
Explica que “al deshacerse de las corridas de pasajeros Ferrocarriles Nacionales lo hace con la condición de que sean museos o centros culturales y educativos; entonces esta estación es una más de 12 o 15 que hay en el país destinadas al arte, la recreación y el conocimiento”.
La Antigua estación Hércules logró ampliar la labor a través de la donación de unidades rodantes ya sin uso y transformadas en sala audiovisual para la proyección de películas o en su caso obras de teatro, pero además un espacio para conferencias y talleres así como aulas para la educación inicial a través de la Comisión Nacional de Fomento Educativo, pero también las labores del Instituto Nacional de Educación para Adultos.
También destaca la presencia del Dormitorio Ópalo, que con sus 22 metros de longitud se ha convertido en foto galería con la idea de resaltar el trabajo fotográfico de una localidad con mucha historia, subraya Ladrón de Guevara, al citar que una muestra de esta riqueza es la actual exposición “Madera de Campeón”, que, a través de 30 fotografías de los habitantes de la zona, resumen 60 años de historia del Club Deportivo Libertad.
Nueva biblioteca
De igual manera, Margarita Ladrón destaca los trabajos de remodelación y pintura de uno de los vagones ahí estacionados sobre los viejos rieles que ya luce con atractivos colores y que a partir de junio albergará la biblioteca infantil.
“Queremos que vengan los niños y escojan su cuento favorito y encuentren una razón más para amar la literatura; que ellos sepan que aquí pueden encontrar un lugar donde conseguir y contar sus propias historias”.
De los trabajos en vagones como es el caso de la biblioteca infantil, explica que para la intervención de unidades ferroviarias existe una normativa a seguir y precisa que es el Museo Nacional de Ferrocarriles Mexicanos, a través del Centro Nacional de Documentación y Conservación del Patrimonio Ferrocarrilero Mexicano, el que establece los términos de restauración, rehabilitación y mantenimiento.
Una vez conocida la normatividad, y para el caso específico de la biblioteca infantil, se convocó al Colectivo de Artistas Urbanos Queretanos para su intervención y darle nueva cara con el propósito de que los niños vean un lugar amigable a donde puedan acudir y compartir el amor y fomento por la lectura.
Si bien las nuevas tecnologías forman parte de la vida cotidiana y han mermado la consulta en bibliotecas, la titular del departamento de Patrimonio y Servicios Culturales de la Secretaría de Cultura del municipio de Querétaro asegura que “la vocación de la biblioteca no está en duda. Definitivamente es necesario tener bibliotecas porque es el hábito manual de hojear un libro y buscar información”.
Pero también es una realidad que los niños prefirieren ver el video informativo en lugar de leer, por lo que ante estas nuevas condiciones de vida las bibliotecas están adaptando las consultas de acervos digitales para que cada vez sea más accesible.
“El placer de leer un libro todavía compite con la edición digital, que no ha superado el gusto y la pasión por leer las letras y las historias y aquí tenemos mucha literatura”, concluye.