“Toda mi vida he dibujado”, dice Raúl Campos y advierte que su historia repite el “cliché del niño que iba mal en la escuela por estar metido en su cuaderno, dibujando”. Raúl tiene 26 años de edad, y tras cinco años entre Italia y Noruega, decidió establecerse por los próximos dos años en México, y como parte de su regreso presentó Cuerpos errantes, junto a Román Miranda.
Cuerpos errantes se inauguró el año pasado y continuará en exhibición hasta el 17 de febrero en el Museo Regional de Querétaro. En la exposición Raúl comparte una serie de retratos y autorretratos.
“Juego mucho con autorretratos y es una manera de explorar el quién soy y ponerme en diferentes contextos, en diferentes historias, como si fuera un personaje de algún libro”, explica el pintor.
Formalmente inició su instrucción con Diana Gálvez, cuando tenía 15 años, y ella misma fue quien lo acercó a la obra de Román Miranda. “Y un día, en una exposición de Román, mi abuela le dijo: quiero presentarte a mi nieto, a ver si le das unas clases. Y él dijo: que venga al estudio y vemos. Así empezó una amistad con él, iba tres veces por semana a dibujar en su taller. A los 16 años Román me dijo: si no quieres dedicarte a esto, te recomiendo que te pongas a estudiar o hagas otra cosa, ahí fue cuando me empecé a cuestionar, y sí, decidí que esto era lo que quería hacer”.
Su camino continuó en San Miguel de Allende, “me habían hablado de un instituto, tenía en ese entonces 19 años, pero no era lo que yo esperaba, me salí y me dediqué a pintar mis obras e intentar exponerlas, luego me fui a Florencia”.
En compañía del pintor Diego Glazer, estudió en Florencia, Italia. Cuando le faltaban dos meses para terminar su carrera recibió la invitación para irse a Noruega y seguir su formación con Odd Nerdrum. Su estancia en el extranjero cambió por completo su visión y su trabajo.
“Fue un cambio exponencial, yo estaba más ligado a la abstracción y cuando me fui a Florencia me torné totalmente clásico, además en retratos y composiciones, que es algo que nunca había explorado como tal, en Noruega aprendí a hacer de todo, sobre todo buscar el por qué detrás del cuadro, porque no es nada más pintar por pintar, todos los elementos en un cuadro tienen un por qué, ahora tardo meses en hacer un cuadro, porque pienso en todos los elementos de la pintura final”.
Para este 2020 Raúl contempla varias exposiciones, y sus nuevas pinturas incluirán ideas que aprendió en Florencia y Noruega, creará obras más complejas, en donde también incluirá el folklor mexicano.
“Ahora quiero hacer obras más grandes y más complejas, tengo ya el plan para una exposición en la Ciudad de México, será una serie relativamente similar a lo que ahora presento, es sobre el hombre, sobre el cuerpo, es un tema que a mí me fascina, por eso más que nada pinto retrato, porque siento que es infinitamente explorable, y ahorita quiero jugar un poco más con la psique, la locura, hacer composiciones de locura pero desde una manera más barroca, y combinando un poco de elementos mexicanos, como el folklor, personajes como La Llorona, meter todo eso, pero con estas técnicas que aprendí, y que creo que será algo muy interesante”, añade.