En su séptimo fin de semana, el Festival Querétaro Experimental volvió a llenar de fiesta las plazas públicas del Centro Histórico con mucha música y, en la parte teatral, conmovió al público al presentar en el Jardín Guerrero la obra Donde una vez tus ojos ahora crecen orquídeas, una adaptación del poemario de Rocío G. Benítez, escritora y periodista cultural de El UNIVERSAL Querétaro.
La adaptación teatral es trabajo de los artistas Jessica Iñiguez Elías y Ernesto Galán Nóguez, quienes están acompañados en escena por Marcela Rivera Morales; la producción del montaje corre a cargo de la compañía Los Focos.
Donde una vez tus ojos ahora crecen orquídeas ganó la primera edición del Premio Iberoamericano de Poesía Minerva Margarita Villarreal, que convoca la Universidad Autónoma de Nuevo León; en su adaptación al teatro se rescató la columna vertebral del poemario, el diálogo de ausencia y dolor entre una madre y una hija que son separadas por la violencia del feminicidio.
La puesta en escena inició desde meses atrás una gira por distintos campus de la Universidad Autónoma de Querétaro, llegando hasta la Sierra Gorda; en el Festival Querétaro Experimental conmovió al público y provocó la reflexión sobre la problemática de violencia que vive el país.
Todos a bailar
En Plaza Fundadores se presentó Sol Pereyra, y el público bailó al ritmo de la cantante y compositora argentina destaca entre lo mejor de la música pop-electrónica. La artista es argentina de nacimiento y mexicana por adopción, comenzó su carrera como solista en México, en 2009.
Otro de los grupos que hizo vibrar el escenario de Plaza Fundadores fue Malamén, integrado por jóvenes queretanos que a través de su música exploran diferentes géneros y sensaciones que conectan con un mundo multicultural, de mezclas y raíces.
La música no dejó de sonar este fin de semana y desde Colombia, María del Rosario DJ Set hizo bailar al público que acudió al Jardín Zenea, donde se armó una fiesta con sabor latino y tropical.
En este mismo escenario, el talento queretano se hizo presente y Seu hizo vibrar y ambientó el lugar con su música. Su proyecto cuenta con más de cinco años de trayectoria, presentándose en diversos festivales, eventos privados y conciertos.
Aproximadamente, seis mil personas disfrutaron de las actividades que se llevaron a cabo en los escenarios de Jardín Guerrero, Jardín Zenea y Plaza Fundadores.