Carolina descubrió a su hija Camila, cuando tenía tres años de edad, llorando bajo la mesa. “¿Qué tienes?”, preguntó. La niña salió, se limpió las lágrimas y dijo: “Nada mami, estoy jugando a que lloro”. Desde ahí era notorio su gusto por la actuación. “Es algo que trae de nacimiento”, dice su mamá. Camila Gaal, nombre artístico de Camila García Alvarado, actuó en Noche de fuego, cinta de Tatiana Huezo, ovacionada en el Festival de Cannes y recién estrenada en México.
Al participar en esta película, Camila se fue a vivir por más de dos meses a Neblinas, comunidad de Landa de Matamoros, zona de la Sierra Gorda de Querétaro. Noche de fuego también la retó, pues ella sola tuvo que tomar una decisión difícil, cortarse el cabello, como exigía una cláusula del contrato. “Cuando dijeron que tenía que cortarme el pelo yo no quería, después pensé: no me puedo perder esta experiencia tan grande, el pelo crece”, cuenta la jovencísima actriz.
Camila interpretó a una de las tres niñas de la historia de Tatiana (inspirada en Ladydi, novela de Jennifer Clement), que viven escondiéndose, aparentando ser varones para estar a salvo, por ello se tenía que cortar el cabello.
“Fue muy padre la experiencia del detrás de cámaras, ver todo el equipo que está detrás de una cinta, se ve en la pantalla un segundo de la grabación y detrás hay miles de cosas, trabajo y personas. La experiencia que tuve al verme en la pantalla fue muy buena, me sentí orgullosa de mí misma. Noche de fuego tiene un mensaje para la sociedad, para concientizar, los invito a todos a que vayan a ver la película, toca un tema que todos tenemos que tener bien claro, porque es algo que está pasando. Es bueno que vayan para que vean lo que ocurre y pongan su granito de arena”, dice Camila.
Ahora que tiene 12 años de edad, Camila platica en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro que aún no decide a qué se dedicará cuando sea grande. “Yo quiero dividirme en muchos pedacitos para poder estar en todo, espero poder dedicarme al folclor, teatro y cine, y también me encanta el patinaje, quiero también dividirme en el patinaje”.
Camila es sobrina nieta de dos entrañables integrantes de Cómicos de la Legua, Paty y Wilfrido Murillo. Pero fue Alexandro Celia quien la llevó por primera vez al escenario del mesón. Apenas la vio, le dijo: “A ti te estoy buscando, ¿quieres actuar en mi obra?”. Ella respondió de inmediato que sí. El montaje es Los gritos mudos de las voces muertas, una historia del mismo Alexandro que se centra en la violencia y desaparición de las mujeres. Y también fue Celia quien animó a Camila a participar en Noche de fuego, el experimentado actor y director le dijo: “las oportunidades solamente se presentan una vez en la vida”.
Pero la aventura de estar en Noche de fuego no la vivió sola. Su familia la apoyó en todo momento. Y especialmente su mamá, Carolina Alvarado Murillo, no se despegó de ella en ningún instante. Las dos viajaron hasta Neblinas y vivieron ahí por mes y medio, tiempo en que Camilia convivió con las otras niñas que participaban en el rodaje, pero también disfrutaron de la belleza del lugar, su seguridad y la amabilidad de las personas. Tanto, que aún mantienen contacto con la señora que les abrió las puertas de su casa.
“La intención de Tatiana es que las niñas convivieran antes de la filmación, y se mostrara esa hermandad en la pantalla. Y lo logró. Para mí fue una experiencia de vida, me cambió la perspectiva de que no necesitamos tanto para vivir. La gente vive bien y conforme con lo que tiene, uno es más materialista, eso me enseñó Neblinas, que toda la gente podemos ser tan cordiales y vivir en armonía. Allá todo es bonito. Camila y yo lloramos cuando nos tuvimos que regresar, porque nos encariñamos tanto con la señora con la que vivimos, fue tan cálida que la sentimos como de la familia, incluso no hemos perdido la comunicación, nos sentimos cobijados, es impresionante la hermandad que hay en el pueblo”.
Aunque en familia habían leído Ladydi, conocieron la historia del filme hasta el momento de la premier en Querétaro.
“Nosotros supimos de la historia el día de la premier aquí en Querétaro. Camila llevaba un diario de lo que pasaba en el rodaje. Y a mí sólo me dejaron estar con ella en una escena, que fue el día en que le cortaron el pelo. Camila pidió a la producción que yo estuviera para consolarla al final, porque sí fue algo muy especial para ella. Por ahí debe estar su trenza que guardó, porque sí le costó mucho. Pero ahora ya sabe que le puede crecer el cabello, que no pasa nada, son cosas que tienen solución”, explica Carolina.
Sobre el largometraje y su temática, dice: “estamos acostumbrados a ver los balazos, la sangre y aquí no se ve, la escuchas, hay detalles que te los dejan como implícitos, pero no ves, sólo sabes que sucedió. Eso nos hace falta, que no nos llenen las pantallas de cine ni las televisiones de tanta violencia, porque estamos normalizando todo. Ya no te asombra nada”.
De presentarse una nueva oportunidad para Camila en cine, Carolina dice que apoyará a su hija. Lo mismo hará si decide dedicarse al teatro, o a la danza folclórica. “Si quiere ser actriz, adelante, yo la voy a apoyar, pero que ella elija”, agrega.