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Complacida y entusiasmada, así estaría hoy Guillermina Bravo, dice Orlando Scheker, “porque cuando nos vinimos a Querétaro no había actividad dancística. A ella le tocó vivir el crecimiento de las artes escénicas en el estado, particularmente de la danza”.
El 13 de noviembre de 1920 nació Guillermina Bravo, bailarina y coreógrafa reconocida como “La madre de la danza contemporánea en México” y “La bruja de la danza”, mujer de carácter fuerte y presencia dominante. Fundadora y directora del Ballet Nacional de México y Centro Nacional de Danza Contemporánea (CENADAC), espacio que tiene sede en Querétaro.
Festejando los 101 años del natalicio de Guillermina y los 30 años de la fundación del CENADAC, se organizó un homenaje que inició con la conferencia de Alberto Dallal, el proyecto “La Bruja Libertaria”, de Rosario Manzanos, el conversatorio de Patricia Cardona con el tema “La poética de la enseñanza” CENADAC. Y mañana, cuando se cumplan los 101 años de Guillermina, el Centro de las Artes de Santa Rosa de Viterbo será la sede para una mesa de diálogo con Alberto Dallal, Patricia Cardona y Rosario Manzanos. Además, del 1 al 4 de diciembre habrán presentaciones de danza para continuar la celebración.
El homenaje tiene el objetivo de reflexionar sobre la figura de Guillermina, su presencia e importancia en la danza, además del aporte hecho en el estado. “Con este homenaje se busca que la comunidad queretana se entere, que jóvenes artistas, estudiantes, se involucren en estas actividades, porque es importante que se reconozca la trayectoria de la maestra, que se conozca en la comunidad el valor de esta mujer, lo que ha hecho en las artes escénicas en el estado y a nivel nacional”, detalla Scheker Román, director del CENADAC.
A 30 años del nacimiento del CENADAC, Scheker dice que el objetivo a futuro es seguir trabajando en las mejores condiciones.
“He asumido el compromiso, primero como bailarín, luego como docente y ahora como director, al fallecimiento de la maestra se me nombra director del CENADAC, y trato de impulsar el trabajo que se ha hecho, uno poco reconocido en el estado, poca gente nos conoce a pesar de que tenemos 30 años, seguimos trabajando y queremos seguir haciéndolo en mejores condiciones para posicionar a Querétaro como un lugar importante en la creación dancística, y proyectarse a nivel nacional e internacional, el reconocimiento nacional lo tenemos casi por herencia, pero queremos fortalecerlo”.
Actualmente el CENDAC trabaja con un presupuesto de 3 millones y medio de pesos al año, lo que les permite laborar de manera muy restringida. “Necesitaríamos más para poder crecer más, el dinero nunca sobra, siempre hay la necesidad de crear, la danza es una actividad que puede enriquecer emocionalmente e intelectualmente a la sociedad y es algo que no se reconoce ni se valora”, dice su director.
Una opción que ve Orlando Scheker para crecer, es el apoyo de la iniciativa privada y más difusión de su labor.
“Desgraciadamente la federación se desentendió de nosotros, solamente contamos con apoyo estatal y las colegiaturas de los alumnos, con ello hacemos lo mejor posible, lo que necesitamos es apoyo y difusión, recibir donativos para el buen funcionamiento del centro, que es otra opción para que la iniciativa privada se involucre más con las artes, creo que es un buen escaparate que le permite a la iniciativa privada apoyar al arte y la cultura, en Querétaro hay muchas empresas y empresarios y se puede crear una vinculación con estas empresas para que se acerquen y apoyen a la cultura como se merece, porque el artista ofrece mucho y recibe muy poco”.
Si Guillermina estuviera aquí, para celebrar los 30 años de la institución que forjó, dice Scheker Román, estaría complacida.
“Cuando llegamos a Querétaro no había un acervo cultural dancístico, aparte del maravilloso trabajo que hacen los concheros, de danza no había nada más, y con el crecimiento que ella impulsó, hoy estaría muy complacida, sobre todo porque consideraba que el talento para el arte y la cultura realmente estaba en la provincia, y por eso nos vinimos a provincia, lo que hizo en Ballet Nacional fue ir a la provincia para buscar talentos y poder formarlos, le interesaba impulsar el arte dancístico en los estados y municipios porque ahí está el talento, nada más hay que acercar el arte a ellos, para que ellos vengan al arte, a la cultura y se nutran de lo que el arte y la cultura puedan darle”, agrega.
El 6 de noviembre de 2013 falleció Guillermina Bravo en Querétaro, y sus últimas palabras fueron dedicadas a sus grandes amores, la danza, su colegio y sus alumnos: “¿Cómo está la escuela, cómo están los muchachos? Que no dejen de bailar, tienen que enamorarse de la danza, que la amen todos los días”.