Sobre una de las arterias principales de la ciudad, se yergue un edificio de dos pisos con amplios ventanales, a través de los que el paseante puede apreciar la experiencia del primer trago y el clásico choque de tarros entre los amigos, se trata de Che-Chelas, un bar que lleva poco más de 10 años deleitando a los amantes de la cerveza con su especialidad en micheladas.
“A mí no me gustaba la cerveza, así que siempre le andaba echando miguelito, chamoy y otros sabores”, cuenta Violeta Romero, una joven empresaria que cuando se encontraba estudiando Administración de Empresas en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), decidió crear un espacio donde los estudiantes pudieran ir a departir en compañía de una michelada poco convencional, después de ir a clases o en los ratitos entre cada cambio de asignatura.
Así fue como en 2005 abrió por primera vez las puertas de su negocio en el entronque de Francisco Márquez y Fernando Montes de Oca, donde sólo permanecieron algunos años; más tarde se mudaron a la calle Hidalgo y finalmente se establecieron en su domicilio actual, ubicado sobre avenida 5 de Febrero, donde sus fieles comensales siguen acudiendo hasta hoy, motivados por la nostalgia de su vida universitaria y por el extravagante sabor de sus especialidades.
“En aquellos años, cuando yo estudiaba en la universidad no había nada qué hacer por aquí”, recuerda Romero y afirma que por este motivo, sus primeros clientes fueron jóvenes que provenían principalmente de todas las facultades de la UAQ.
Además, asegura que Che-Chelas fue pionera en Querétaro en la creación de micheladas de sabor. “Fuimos de los primeros que hicimos las micheladas de sabores, porque antes nada más te servían la cerveza sola o con el típico clamato, y nosotros desde entonces ya tenemos 14 diferentes mezclas”, destaca Violeta, quien es la autora intelectual de cada especialidad.
De entre las 14 micheladas —agridulces, saladas y dulces— destacan la Gomiche, preparadas con gomitas, uva o chamoy; la Che-bahía, elaborada con camarones, una mezcla de salsas y clamato, y la Che-cacahuates, con clamato, pepinos, tamarindo y cacahuates.
“Aquí van a encontrar las micheladas más ricas de Querétaro”, dice la empresaria, quien entre risas explica que el nombre del lugar fue inspirado en las típicas conversaciones que surgen entre amigos, cuando el plan es salir a tomar: “Vamos a las chelas, a las pinches chelas, a Che-Chelas”.
Este bar también cuenta con una extensa variedad en coctelería, como la típica piña colada, el mojito, la limonada eléctrica, los vampiros y el infaltable carajillo. Y para los que prefieren los shots, ofrecen mezcal Divino Cantar; una marca que Violeta, junto con su socia Fabiola Navarro, ha lanzado al mercado mexicano y próximamente embarcará rumbo a Europa.
Para acompañar se ofrecen siete variedades de pizza como la Che-quesos, que lleva queso mozzarella, gouda, parmesano y azul, y la especial Arrachera, así como nachos con carne y frijoles; hamburguesas, costillas, alitas (con nueve tipos de salsas), ensaladas y papas fritas, entre otros snacks.