En mayo de 2017, Luis Gantús fue el desconocido que más autógrafos repartió entre la gente. A cada instante era detenido por jóvenes y niños que se secreteaban con sus mamás.

“Seguro me están confundiendo con alguien”, pensó Gantús mientras caminaba por el Centro de Congresos de Querétaro, donde se realizaba la Conque, convención de cómics que él codirigía. Cuando llegó con el equipo de redes sociales de la convención supo la razón del interés sobre su persona: se había subido la foto de él junto a Stan Lee, quien llegó como invitado supremo del evento.

“¡Desde que llegó, ya quería que se fuera!”, dice divertido Gantús, al recordar que una figura como esa conlleva mucha responsabilidad, pues está latente que algo le suceda.

¿Pero cómo es que este hombre tuvo acceso a Lee, creador de Iron Man y El Capitán América? ¿Cómo es que, además, ha conocido al actor Adam West, el Batman de los 60, y a leyendas del dibujo como Sergio Aragonés y Will Eisner? Un argumento: su gusto por la historieta, de la cual cuenta con más de 50 mil ejemplares.

Su colección incluye cosas raras como una edición italiana de Memín Pinguín, la publicación de Murciélago, cómic cuyo personaje central era una especie de Batman y un folleto hecho por Gabriel Vargas, creador de La familia Burrón, promoviendo la candidatura presidencial de Carlos Salinas de Gortari en los 80, con argumento de Paz Alicia Garciadiego, escritora de cabecera del realizador Arturo Ripstein.

“Como todo en la vida, comencé por una cuestión emocional. Mi abuela, para tenerme tranquilo, me leía Memín Pinguín, pero como no podía hacerlo todo el día, entonces me aprendí de memoria lo que decían, hasta que ella y mi mamá me enseñaron a leer; a la primaria entré ya sabiendo leer”.

Precocidad gráfica

A la familia, Gantús la sorprendía hablando de Rembrandt, el pintor holandés del siglo XVI, porque lo había leído en una edición de Fantomas, el héroe elegante. En secundaria, pasó sin problema un examen de La Odisea y La Iliada, lecturas que a esa edad suelen ser confusas por la cantidad de personajes, pero que entendió por la publicación Clásicos ilustrados.

En su lectura de las publicaciones encuentra cosas como que Muertes trágicas y Fantomas tenían argumento de los escritores Hugo García Michel (Matar por Ángela) y Gonzalo Martré (Los endemoniados).

“Creo que leer cómics es la mejor manera de acercar a los niños a la lectura, puedes enterarte de muchas cosas. Por ejemplo, si Batman hablaba de Edgar Allan Poe, yo iba a ver quien era él y después lo que había escrito; además se desarrolla la imaginación.

“Lo que ha pasado es que muchas veces a la historieta en México se le minimiza, se dice que no sirve, pero no es así; aunque claro, como en todo, hay cosas muy malas”, dice.

Sabe que hay otros coleccionistas con más material. La diferencia es que se ha empeñado en conseguir cada título mexicano publicado desde 1934. Calcula tener el 70% de ese material, siendo la década de los 50 la más difícil de conseguir.

¿Se puede vivir del gusto por el cómic y la historieta? Gantús responde que desde 2007 él es ejemplo de ello. Contabiliza seis libros y tiene en cartera otros más, cuya investigación se ha pospuesto por la pandemia.

También ofrece pláticas, talleres y creó la Conque, a la que asistió en dos ocasiones Stan Lee, 1996 y 2017.

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