Con 15 obras, entre pintura, escultura, instalación, arte objeto y grabado, Daniela Becerril expone en España parte de su trabajo de investigación y creación artística dedicado a la grana cochinilla, pigmento referente a la cultura mexicana que descubrió que también se encuentra en España.
La exposición está en Riba-Roja del Turia, en Valencia, España, en la Sala de exposiciones El Molí, y ahí permanecerá hasta el 2 de marzo.
Becerril es una artista originaria de la Ciudad de México, es egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), y llegó a España para estudiar un máster en producción artística en la Universidad Politécnica de Valencia. Ahí descubrió “cientos de nopales creciendo de manera salvaje, infestados de grana cochinilla”, y comenzó un proyecto artístico.
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La grana cochinilla es un insecto que crece como parásito en la planta del nopal, del cual se extrae el pigmento natural: rojo carmín. Daniela explicó en una entrevista previa con EL UNIVERSAL Querétaro, que en España el insecto es poco conocido, pero sí existe.
“El viaje histórico-migratorio de este insecto y de la planta del nopal surge a partir de la Conquista, llega a las Islas Canarias en donde tanto el nopal como el insecto puede crecer en óptimas condiciones por el clima, porque no tiene ningún tipo de depredador. Actualmente siguen existiendo granjas que surten a la mayor parte de Europa y el mundo, la producción de este pigmento”, detalló.
“La grana cochinilla también nos habla del exilio, de la memoria del despojo, del viaje forzado, de la transformación en mercancía. Pero resignifica ese encuentro no sólo como una herida, sino como testimonio de la persistencia y el valor de lo mexicano en el mundo.
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El exilio es sólo una dimensión del viaje, pero el puente que crea une a un pueblo con su pasado, con su presente y con su destino por venir”, refiere sobre el proyecto de Daniela, José Luis Cueto Lominchar, profesor de la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de la Universidad Politécnica de Valencia.
“Más que un hallazgo botánico, su instalación final es un diario de vivencias y encuentros cargados de tiempo y poesía. Más allá del pigmento, hay una confrontación con la historia en su estado más puro. Es el momento en que la artista ve reflejado su propio país en la materia de otro territorio, como si el pasado le susurrara que nunca ha desaparecido del todo, sino que sigue latiendo en los lugares más inesperados. Su obra se convierte en una propuesta de colaboración simbiótica: una asociación a través del tiempo y el espacio”, agrega Cueto.
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Daniela ha participado en muestras colectivas en diferentes ciudades de México, España y Francia; además de contar con tres exposiciones individuales.
Con grana cochinilla realizó un óleo de un doble paisaje, que fue seleccionado para participar en la XV Bienal de Florencia 2025; además de la pintura, crea escultura, cerámica y grabado.