Con la participación de más de 500 danzantes provenientes de distintas zonas del país, se conmemoró el centenario de la Mesa de Danza Guerreros Azteca del pueblo de La Cañada, festejo al cual acudieron más de cinco mil personas durante sábado y domingo.
La Mesa de Danza Guerreros Aztecas del pueblo de La Cañada se fundó en junio de 1919, aunque existen evidencias, no documentadas, este grupo tiene mayor antigüedad.
Rosalío González Martínez, Santiago Martínez, Baldomero Camacho, Baldomero Ramírez, Pascual Martínez, Antonio Morales, Luis Camacho y Nicanor Servín, habitantes del pueblo, son quienes conformaron la primera mesa de danza en La Cañada.
Este grupo, para su conformación, tomó como referencia la historia sobre la lucha entre indígenas y españoles, por la Gran Tenochtitlán, y su objetivo era venerar al Santo Patrono de la parroquia de San Pedro Apóstol, que se localiza en La Cañada, cabecera municipal de El Marqués.
Algunos de los grupos que participaron son: Venado Azul, proveniente de Mineral de Pozos; Raza de Bronce de Aguascalientes; Matlachines de Saltillo; Xochipilli de San Luis de la Paz; Danzas Chichimecas de San Miguel de Allende y de San Pablo Tolimán; de Michoacán el Juego de Pelota; además de los Voladores de Papantla.
Como parte de los festejos conmemorativos, el sábado se realizó un desfile por la avenida Emiliano Zapata, con la actuación de las personas que integran la danza originaria del pueblo de La Cañada, fundada en junio de 1919.
Más tarde se develó la placa conmemorativa y se presentaron diversas danzas en la plaza San Pedro, en donde destacó el espectáculo de los Voladores de Papantla. Además se tuvo la participación de grupos de danzantes procedentes de 10 estados de la República.
Ayer domingo se realizó un desfile desde el Socavón hasta la plaza San Pedro, con la actuación de todos los grupos de las danzas que se unieron a este festejo conmemorativo y de nuevo, se lucieron los Voladores de Papantla.
El capitán mayor de la danza Guerreros Aztecas, Saturnino González Juárez, informó que en La Cañada hay tres grupos de danzantes, “pero nosotros somos únicos en nuestro estilo, fuimos los primeros y de ahí se fueron desprendiendo los demás”.
Saturnino González aseguró que la danza de los Guerreros Aztecas tiene una gran afluencia de niños y jóvenes: “este centenario es algo muy importante, porque dejamos un legado a nuestro pueblo, es una tradición que ha subsistido con gastos y colaboración de cada danzante, no tenemos ayuda económica de ningún tipo, es algo que se hereda de generación a generación. Afortunadamente, en nuestro caso, la participación de niños y jóvenes en la danza es muy grande, nosotros somos 300 en total y de esos 100 danzantes son niños”.
“Para nosotros representa algo muy importante, ya que es dejar un legado a nuestro pueblo, a nuestra juventud, a nuestros niños, es un grupo tradicional que ha subsistido con la colaboración, con los gastos de cada danzante, esto es una tradición que ha sobrevivido por su propios medios y se ha venido dando de generación en generación”, manifestó.
González Juárez, heredero de la quinta generación de esta danza, explicó que “eran pocos danzantes en la primera etapa, pues nomás será un capitán de fila y el capitán general, que era mi abuelo, posiblemente fueron anexando más capitanes en las etapas siguientes porque ya fueron entrando más danzantes”.
Abundó que los capitanes de fila prácticamente eran los que le ayudaban a la disciplina de la danza. “Tenían un compromiso de apoyarlo en las necesidades. En esos años no era tan fácil darle de comer a 20 personas porque no había trabajo, no había dinero, no había lo que había hoy tenemos, no. Entonces el responsable era él era el mayor nivel”.
También precisó que esta danza comprende dos filas, “una de soldados que representa a los españoles y la otra de indígenas, que simboliza nuestros ancestros. Al paso del tiempo también se fueron modificando tanto la coreografía como el vestuario”.
En la primera etapa de la danza Guerreros Aztecas, recordó que por falta de dinero utilizaban cualquier tela o manta que se encontrará, incluso, los primeros vestuarios eran una especie de faldilla con laminitas colgando que representaban el oro, “además, los huaraches los fabricaban de cualquier piel que encontraban”.
La danza cumple 100 años, aunque Saturnino apuntó que podría ser más antigua, “tengo entrevistas con señoras que participaron con mi abuelo en 1900 y hasta 1932. Hay gente que nos comenta que la danza posiblemente tenga más años. Pero como no hay algo documentado, solo las pláticas que yo tuve con mi papá y mi tía. Siempre ha sido una danza que nace aquí y que se desenvuelve en el entorno de la de La Cañada”, recordó.