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En redes sociales se manifestaron en contra y a favor por el cambio de color de la fachada del Mesón de Santa Rosa, a un azul celeste que el pintor Santiago Carbonell describió como el “más horrible de la tierra”, pero la controversia no se quedó en internet, la ciudadanía presentó sus denuncias ante la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Querétaro, se levantó un acta, y ahora el administrador del inmueble debe pintar a la brevedad la fachada y los interiores, apegándose a la gama de colores autorizados para la Zona de Monumentos Históricos de la ciudad de Querétaro.
“Me da mucho gusto que hayan habido tantas denuncias ciudadanas, eso habla de que la gente no pasa por alto una barbaridad de ese tamaño, para nosotros como institución representa trámites burocráticos lentos, pero no quiere decir que no los hagamos, y también no tenemos el personal suficiente para estar haciendo inspecciones todos los días y a cada rato para ver quién se saltó el color o ver quién ya hizo una terraza, o quien ya está haciendo un destrozo al interior de su casa, porque hay muchas obras, pero cuando tenemos estas denuncias ciudadanas a nosotros nos dan elementos para acudir, porque se juntan”, dijo a EL UNIVERSAL Querétaro la directora del Centro INAH Querétaro, Rosa Estela Reyes García.
Entre el INAH y el encargado del inmueble, quien ha mostrado buena disposición, se llegó a un acuerdo del tiempo en que se deberá realizar el cambio de color, aunque en las ventanas del mesón continúan los sellos de “Obra Suspendida” que pegó la misma dependencia federal y seguirán ahí hasta que cumplan con lo prometido.
“Nosotros ya lo habíamos procesado administrativamente por eso están los sellos, porque para colocar los sellos hay todo un protocolo administrativo y jurídico, las personas que rentan el mesón no tienen mala actitud, no estamos ante un caso en que el propietario no quiere acatar la asesoría del INAH, o del municipio, tiene buena actitud, está muy apenado, vino a disculparse y van a cambiar el color, le va a costar mucho dinero porque además pintó todo (incluyendo los interiores del inmueble), invirtió mucho dinero y nos está pidiendo tiempo para poder juntar otra vez dinero y volverlo a pintar”.
En la página del Mesón de Santa Rosa se detalla que el inmueble es un “monumento nacional, abrió sus puertas en el siglo XVII, convirtiéndose en aquel entonces en el primer mesón de la ciudad”.
Y el INAH tiene un catálogo con colores en la gama de los cálidos que se pueden aplicar en inmuebles del siglo XVII y XVIII, y otra lista para las casonas del siglo XIX que forman parte del Centro Histórico de Querétaro.
“Los que son propietarios no entienden por qué el INAH les tiene que aprobar su color, y los que son turistas les gustan muchas cosas, pero no por las características técnicas y del tiempo que determina una paleta de color en el Centro Histórico, nosotros tenemos una paleta de colores por siglo, en el plano se ve cuál es la zona de monumentos, el perímetro y qué significan estos espacios de contención, y por siglos cuáles son sus colores.
“Todos estamos conscientes de que ese color no va, pero no es sólo ese color. Si se dan una vuelta por el centro van a encontrar varios, y todos tienen un procedimiento, en el caso del mesón nos preocupa mucho porque es un monumento muy relevante que está en Plaza de Armas y además rebota con otro restaurante que está enfrente, que tiene exactamente el mismo color y que son de los mismos dueños, para nosotros significa resolver esos dos puntos de esa misma plaza, y estamos en proceso de hacerlo” detalló.
Sobre este caso, Reyes García destacó la participación de la ciudadanía, “son nuestros ojos, y si ellos se preparan serán nuestros apoyos técnicos, no nada más nuestros ojos, y entre todos vamos a compartir un mismo criterio”, para resguardar los monumentos históricos de la entidad.