En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se presentó la función de danza “Soy sueño, espacio y tiempo/ MUJER”, en el Foro al Aire Libre del CEART, y se transmitió a las mujeres que están privadas de su libertad en el Centro Penitenciario.
Las obras que se presentaron fueron interpretadas sólo por bailarinas. “Rojo Puro” es una cita a un solo que Bárbara Alvarado ejecutó hace diez años, titulado “Rojo”, una coreografía de Ricardo Flores.
Alvarado explica que “Rojo” es “esta contradicción de que somos tan humanos, tan fuego, tan sangre, tan pasiones y emociones, llanto tristezas, apegos, vidas y lagrimas; que al final hay algo dentro de nosotros que es intocable y que nunca pierde esta confianza y sabiduría”.
En “Rojo” hace alusión a las ciudades que se derrumban, al cargar piedras, cargar emociones. En escena estuiveron los cantantes Paulina Valdovinos y Gerardo Tovar. En la pieza se retomaron poemas de Luis Javier Alvarado como inspiración.
La segunda pieza del programa se titula “Índigo”, la coreografía fue de Marcos Ariel Rossi, director de Fóramen M Ballet; Bárbara Alvarado participó junto con Gina Ancona como intérpretes. Esta obra se presentó dentro de la convocatoria del Premio INBA-UAM. La coreógrafa describe que le gustó mucho el proceso creativo.
“Gina y yo nunca habíamos bailado juntas. La pieza nace de la experiencia de pasar por un túnel de este azul profundo que puede ser una pérdida, una tristeza, y cómo uno, a través de la transmutación de la magia interna, puede llegar a un color índigo. El índigo es la nueva esperanza, es un color que únicamente surge de iluminar esta oscuridad. Yo trabajé sobre el coma de mi madre y Gina trabajó pérdidas personales y así le llamamos: El Índigo, el coma y la ausencia.”
La pieza tiene música original electroacústica que fue ganadora del premio a Mejor música, de Galo González Alvarado.
La también directora de la compañía Aletheia añadió que “el programa está pensado en tonalidades de colores de la mujer en sus paisajes internos”.
La función fue transmitida a las mujeres privadas de su libertad, y Alvarado comenta que a través de ellas como bailarinas, éstas mujeres pueden recrear su mente, su alma, sus emociones y el propio cuerpo.
“Porque al final el cuerpo está conectado con la mente, el corazón y la sangre y las transmutaciones. Entonces, evidentemente, aunque nosotras seamos las que ejecutamos, cantamos y hablamos, estoy segura que esto va a repercutir en la existencia de estas mujeres, porque el impacto visual, auditivo y sensitivo es con lo que ellas lograrán transmutarse, logrando una alquimia, a través de la función”.
Este programa espera ser la punta de lanza para poder llevar funciones de danza in situ al interior del Centro Penitenciario. Al menos, la coreógrafa no quita el dedo del renglón en dar funciones, así como llevar un taller de danza.