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Entregan el premio Hugo Gutiérrez Vega

La poeta Carmen Villoro fue reconocida con el galardón de la UAQ, que honra a quienes han hecho valiosas aportaciones a las humanidades, artes, literatura, historia y filosofía

Foto: César Gómez
07/12/2018 |07:06Donna Oliveros |
Redacción Querétaro
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“Creo en la poesía como lenguaje de transformación, como materia viva capaz de generar el cambio”, dijo la poeta mexicana Carmen Villoro, quien este año fue reconocida con el premio internacional “Hugo Gutiérrez Vega”, de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), por distinguirse en la creación artística y las humanidades a nivel nacional, y por su aportación al desarrollo de la cultura y las artes en beneficio de la humanidad.

Durante la ceremonia, celebrada en el Patio Barroco de la Facultad de Filosofía, la también ensayista y académica, rememoró al ex rector de la Máxima Casa de Estudios, a quien la institución rinde homenaje con este premio, cuyo objetivo es reconocer la figura de quienes han hecho valiosas aportaciones a las humanidades, artes, literatura, historia y filosofía.

“El premio Hugo Gutiérrez Vega tiene para mí un hondo significado. Es sin duda, de entre todos los premios posibles, habidos y por haber —si los hubiere—, el que mayor valor me representa, y eso por diversas razones, la primera de ellas es, por supuesto, porque lleva el nombre de quien fuera mi maestro y mentor por destino y elección. Ya en otras ocasiones he contado la anécdota de cómo lo conocí y aquí la rememoro”, compartió Carmen, recordando aquél invierno de 1971, cuando, a la edad de 13 años, su padre la llevó a conocer en Londres al poeta y a su esposa; una experiencia que, asegura, marcó un precedente en su propio trabajo.

“Buscaba alguna señal que me ayudara a entender por qué decía mi papá que Hugo era un poeta. Entonces empezó a caer la primera nevada del año. Yo nunca había visto nevar; Hugo seguramente lo había experimentado muchas veces. Sin embargo, no se conformó con ver por la ventana, propuso que saliéramos a la calle a recibir los copos hechizados por el poderío y la fragilidad de la naturaleza. El joven amigo de mi padre reía y daba brinquitos, entonces entendí y pensé para mí: un poeta es un adulto que sigue siendo un niño; alguien que se asombra con algo que ha visto muchas veces como si fuera la primera vez. Desde entonces lo seguí, leí, y estudié su poesía, y confirmé una y otra vez aquél descubrimiento. Su voz profunda y cálida me ha acompañado desde esa noche en Londres y se ha quedado para siempre resonando”, relató.

Además de ser poeta, Villoro es psicóloga y psicoanalista. Estudió esta disciplina en la Universidad Iberoamericana y se especializó en psicoterapia psicoanalítica en la Asociación Psicoanalítica Mexicana. De ahí que miembros de la comunidad académica de la Facultad de Psicología de la UAQ la hayan postulado en el Consejo, como su candidata de este año.

“Esta es la otra razón por la que este premio me es tan significativo y entrañable. Ya que desde esta facultad (Psicología), desde esta casa de la palabra que cura, se me ha postulado; dándole crédito a ese afán mío de encontrar poética la palabra terapéutica y terapéutica la poesía”, expresó.

Finalmente, y recordando a otros poetas mexicanos, la escritora subrayó la relevancia estética y social de la poesía para las sociedades, como una herramienta de cambio y bálsamo de curación; como una herramienta de denuncia y una luz sobre los hechos y la historia.

“Los tiempos actuales nos piden urgentemente una recuperación de lo humano. Cada palabra cargada de sentido sembrará una semilla de concordia. Hemos volado demasiado alto con lo que creímos era el progreso. Como en el mito de Ícaro, nuestras alas se derriten por haber querido llegar al sol. Nuestro hábitat se destruye, nuestros países están rotos. La circunstancia nos reclama que miremos nuevamente al mundo como algo sagrado y trascendente. Y una mirada al otro como la mejor parte de nosotros mismos, y eso puede lograrse a través de la luz de la poesía, es necesario por lo menos intentarlo”, apuntó.

En el acto también estuvieron presentes el secretario de Educación en el Estado, Alfredo Botello Montes; la secretaria de Cultura del Municipio, Andrea Avendaño, y Teresa García Gasca, rectora de la UAQ, quien hizo entrega del premio y de una pequeña escultura inspirada en la iconología del Patio Barroco, creada por Gerardo Esquivel y Humberto Cabrera.

arq