Tiempo atrás, todo aquello que no se lograba explicar como labor humana, se señalaba sin dudar como un acto gestado entre fauces y garras. Lo que se mueve distinto al humano se miraba extraño y la distancia, se le pone nombre y se le enjaula; y el canto, graznido y zumbido, como un discurso ajeno.
De poco a poco, se ha tratado de entender la gracia de esos que corren, vuelan o se cuelgan del árbol, al tiempo que se trata de entender a la humanidad.
“Esto no es un bestiario”, el poemario más reciente de Dalia Larisa J. Otero, es una serie de postales que retratan, sí, a distintos animales, reales y otros imaginados, aunque su misma autora explica que el libro también contiene una crítica directa al humano, con la pregunta: ¿Quién es realmente la bestia en este mundo?
El libro congrega poemas que se escribieron hace 30 años, y el año pasado fueron creados los últimos versos. “Esto no es un bestiario” también incluye un prólogo de Ulises Avendaño, que inicia así: “Todos tenemos un poco de animales, nos parecemos a cada tanto sin que medie necesariamente correspondencia genética alguna. Quizá sea porque nuestra naturaleza humana nos permite recordar. (…) Desde tiempos remotos, hombres y animales, algunos salvajes y otros en menor grado, tienen algo que los nombra y los identifica, comparten algo del vuelo de las aves, las grandes luchas de un salmón, la ferocidad de un lobo o lo carroñero de un buitre”.
“Los poemas guardan entre sí una relación íntima con las preocupaciones rítmicas de cada verso y unidad poética; intentan aproximarse mediante su música a los desconocidos mundos de un (SÍ) bestiario”, agrega Avendaño al prólogo.
La lectura del más reciente poemario de Dalia Larisa se vuelve entretenida, divertida, a la vez que permite detenerse a la reflexión. La misma autora explica que los últimos poemas tienen un posicionamiento de crítica y cuestionamiento.
“Es una crítica a la dominación de la naturaleza, al exterminio de zonas verdes, es esa crítica de decir más bien las bestias somos nosotros; los animales silvestres hacen lo que tienen que hacer, viven en armonía, nosotros somos las bestias. En este sentido, la cultura occidental ha utilizado la palabra bestia para cosificar y para decir: ‘para eso nacieron, para que los comiéramos’; ‘son bestias, tú de qué te preocupas’; comemos animales, matamos, exterminamos plagas, sean insectos o mamíferos, lo que nos estorba, porque son bestias. Por eso el posicionamiento es ecológico y político”.
Dalia Larisa comparte que varios de estos poemas han estado guardados durante años y para finalmente ser publicados, todos esos versos que estaban en el archivero pasaron por un proceso de selección. Hoy se define como una escritora comprometida a publicar textos significativos.
“Creo que lo mejor que me pudo haber pasado, luego de ir a talleres literarios, aprender técnicas, huir del lugar común y de las rimas sencillas, fue encontrarme de repente en el encierro de la maternidad y tener que escribir sola, corregirme sola, y en este segundo aire creo que ya tenía algo digno de publicar, pero tener el valor de decir esto estuvo muy bonito, pero esto ya no soy la que era, y puedo transgredir, ahorita no estoy escribiendo nada más por placer sino que también estoy escribiendo como para decir algo muy significativo”, detalla.
Ludovico Jordano es el autor del diseño de la portada, en donde se aprecia una composición a partir de un collage. Con la edición de Pinos Alados y el cuidado de Rosa Espinoza, “Esto no es un bestiario” se publicó en este 2024 y ya se encuentra a la venta en la librería El Desvelo y la Librería Cultural del Centro de Querétaro.
El libro se presentó en el marco del Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera 2024, de Metepec, Estado de México. Y en diciembre se presentará en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.