El domingo pasado Buró Cultural estrenó el cortometraje Marañas de luz de Guadalupe Campos, ahora toca el turno de El tacto de mi mirada, en donde el protagonista es Miguel Ángel León, fotógrafo ciego que ha experimentado a través de la imagen la técnica de pintar con luz y la fotografía de desnudo. El estreno del cortometraje es el domingo 26 de abril, a las 20:00 horas, en el Facebook de Buró Cultural.
Alejandro Mac Gregor es el director de El tacto de mi mirada, y el productor es Alex Camargo, con el sello de Panda Rojo Medía y Buró Cultural, esta última institución coordinada por Miguel Ángel Herrera Oceguera, impulsor de los talleres de fotografía desde la ceguera, en donde inició Miguel Ángel León su acercamiento a la cámara y ahora es maestro de foto.
Miguel Ángel León es contador público de profesión y perdió la vista a los 35 años por una enfermedad hereditaria llamada: retinosis pigmentaria. “Es algo genético, dentro de la herencia de mis papás yo soy el único que resulté con el ‘premio’, soy el único que tiene la enfermedad, hasta ahorita afortunadamente ni mis hijos, ni mis hermanos, nadie la tiene”, platicó en entrevista previas a EL UNIVERSAL Querétaro.
A los 26 años de edad le diagnosticaron dicha enfermedad progresiva e incurable que va pigmentando la retina, impidiendo el paso de luz. “Empecé a perder la vista periféricamente, venía hacia el centro, de repente chocaba con mesas y obstáculos laterales. Pero yo manejaba, llegué a manejar un vochito hasta los 25 o 26 años de edad. Mi vista se fue degenerando hasta llegar a una debilidad visual aguda, desde 1986 soy legalmente ciego, tenía 35 años cuando fui incapacitado por el Seguro Social”.
Trabajaba como contador en una financiera de la Ciudad de México, cuando llegó la oscuridad total. “Sí eres un excelente contador, trabajas muy bien, pero ya no sirves. Muchas gracias. Te dicen adiós y te mandan a tu casa, con tu liquidación, tu pensión, pero ¿qué haces ahí? Empiezas a pensar: ¿Qué soy?, ¿Qué valgo? Ya no sirvo para nada, piensas en quitarte la vida”, narró.
Miguel Ángel comenzó su rehabilitación aprendiendo braille con gran facilidad, luego se convirtió en maestro de este sistema de lecto-escritura; y en la Escuela de Niños Ciegos de Coyoacán le enseñaron a usar el bastón.
“Hay muchas cosas que no te enseñan en la escuela y las aprendes con los golpes de la vida, es donde más aprendes, un maestro me decía: Un ciego es un conjunto de muchas mañas, tienes que aprender muchas mañas para sobrevivir”, expresó.
En 2007 se mudó a Querétaro y en llegó a la Escuela para Ciegos y Débiles Visuales Adultos de Querétaro para estudiar masoterapia, además de entrar a actividades de teatro, baile y deporte. En 2012, Miguel Ángel Herrera Oceguera, director de Buró Cultural Artesano y director del Festival Oximoron, llegó a la Escuela de Ciegos para invitarlo al Taller de Fotografía.
“Pero lo tildamos de loco. Yo tomé fotos cuando veía, pero ahora estaba ciego. ¿Fotógrafo ciego? ¿Cómo? Si los ciegos no pueden tomar fotos. ¿Y para qué quiere un ciego una fotografía? La misma incredulidad te niega a que veas”.
Pero aceptó el reto y en la planeación de su primer proyecto, como broma, dijo que quería hacer fotografía de desnudo. Hoy nada de eso es broma. Su obra fotográfica se ha presentado en la Galería Municipal Rosario Sánchez de Lozada y el Museo de Arte de Querétaro. Se incluyó en el libro El hilo negro, Taller de Fotografía de Ciegos 2012 – 2015 de Buró Cultural Artesano, y se presentó en el marco del Festival Oxímoron 2019 en la Alameda Hidalgo. Ahora trabaja en una serie abierta con fotografía de desnudo.
Hacer foto de desnudo, ha explicado, “es como una idea de añoranza, dentro de las añoranzas de la cuestión visual, mucho recae en la belleza de la mujer, siempre me ha atraído la belleza de la mujer y es una concepción que aparentemente muere con la ceguera, pero que la fotografía te empieza a despertar todo”.