Interesado en pintar sobre distintos soportes e inspirado en la velocidad en que vive su generación: los millennials, Francisco Diego comenzó a intervenir tablas de surf; “El mundo es de los rifados” y “La marca del vuelo”, son las dos primeras obras de una serie de 10. Y al menos una de sus creaciones se presentará en el Museo Franz Mayer, como parte de la exposición colectiva Ethos; y quizá dichas piezas también lleguen a Querétaro, aunque para esta ciudad, en donde el artista vivió su infancia, hay otros planes.
En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, Francisco Diego platicó que encuentra similitud entre pintar y surfear, son dos acciones que implican riesgo, que se puede tener una idea de cómo iniciar, pero el resultado siempre será una sorpresa.
“Escogí específicamente el surf por el proceso que se necesita para conseguir una ola, porque no basta solamente con echarse al mar y tener buena técnica, lo que se requiere es ver hacia dónde se está moviendo la corriente y el aire, para saber en qué lugar específico se avienta uno, y ya que estás en frente de la ola, primero, lo que necesitas es tomarla de espaldas, remar sin saber al final cómo va a tronar, esto se me hizo muy similar al proceso que tengo yo con la pintura, siempre tengo un boceto del inicio, pero no sé al final qué va a quedar, es como si me lanzara a la ola sin saber exactamente cómo va a ser mi técnica, al final sé que me va a gustar y no me voy a hundir, ni ahogar en la ola”, explicó.
El proyecto de las tablas de surf tiene como objetivo contar la historia de alguien que está en busca de encontrarse a sí mismo.
“Van a ser 10 piezas en total y me gustaría que estuvieran listas para una exposición que se llama Ethos, que es el Museo Franz Mayer. En el arte objeto me gusta presentar un poco la dualidad del objeto o del sentimiento que pudiera llegar a transmitir tal objeto, contando una historia en específico, como símil de que en mi vida son momentos los que me marcan y en estos hay una parte más positiva y un momento más negativo”, detalló.
Por ahora, el artista enfoca todo su tiempo en este proyecto, y espera pronto contar más detalles del trabajo escenográfico en el que colaboró, para una obra en la que participa Susana Zabaleta.
Pintar desde niño. Nació en Torreón y a los cinco años llegó a Querétaro, aquí vivió hasta los 18 años y aquí inició su historia con el arte, una de sus primeras exposiciones fue en el Museo de Arte Sacro.
“Pinto desde que tenía siete años, después seguí con pastel y óleo, aprendiendo los colores; nunca había concebido el arte como opción y nunca había estado cerca del mundo de la expresión, estudié diseño industrial y haciendo joyería, que es como hacer una escultura, entendí la necesidad de la expresión”.
Constantemente viene a Querétaro para ver a la familia y los amigos; en una de sus visitas se encontró con el también artista Miguel Loyola, con quien planea presentar algo en exclusivo para esta ciudad.
“Tuve una conservación con Miguel Loyola, y el plan es crear una serie de esculturas intervenidas, todavía no está concretada la fecha ni el proyecto, pero sí nos gustaría presentar algo para Querétaro”.
Y luego de conocer el Museo de Arte Contemporáneo, Francisco Diego dijo que estaría encantado de presentar ahí su obra.