El incremento de violencia contra las mujeres, durante el confinamiento que provocó la pandemia de Covid-19, motivó a Romina Díaz Araujo y Clara Helena Cobo Reyes a crear Fuego, un cortometraje queretano  realizado en la técnica de stop motion que retrata la violencia que padecen las mujeres, enfocando la problemática a las comunidades indígenas.

Fuego se estrenó en 2021, y se presentó en la categoría de animación del Festival Internacional de Cine Silente; actualmente, las cineastas están en busca de más espacios de proyección, con el objetivo de crear diálogo y reflexión sobre este conflicto.

El cortometraje retrata la historia de Xóchitl, una mujer indígena que está embarazada y se encuentra atrapada en una relación abusiva,  para poder salir de ese círculo de violencia tendrá que enfrentarse a un pueblo lleno de prejuicios y cómplice de su abusador. Para lograr su libertad, la protagonista cuenta con la fuerza interior de su linaje, que se manifestará a su favor.

Fuego visibiliza la violencia de género
Fuego visibiliza la violencia de género

Otra inspiración para Fuego es el cortometraje La bruja de la serie de animación 68- 68 corazones voces, proyecto para fomentar el orgullo de las comunidades indígenas a través del desarrollo de cuentos animados, basados en historias de tradición popular, y que son narrados en lenguas indígenas mexicanas.

La bruja está basada en un cuento de la cultura tlahuica, de San Juan Atzingo, Estado de México, en donde dicen que “en San Juan se dieron cuenta que la maldad era real al darse cuenta que una bruja vivía entre ellos”.

Las realizadoras decidieron que Fuego retratara no sólo la problemática de violencia de género, sino específicamente la situación que se vive en las comunidades indígenas.

“El reporte del año pasado del Inegi respecto a la violencia contra la mujer, indica que la mayoría de las mujeres susceptibles a experimentar violencia son aquellas que no viven en comunidades indígenas (con el 66.8%). Sin embargo, existe una diferencia de sólo 7%. Es decir, el 59.8% de las mujeres de hogares indígenas han sufrido violencia emocional, física, económica o sexual; el reporte no discute la existencia de casos no reportados por causa de falta de educación con respecto a la violencia intrafamiliar; aunque sí indica que casi el 50% de las víctimas que son violentadas por sus parejas no le dicen a nadie”, destacan las jóvenes directoras.

“Derivado de esta situación, así como el incesante número de noticias de mujeres violentadas, violadas, asesinadas, sobre todo en las que el abusador se da a la fuga o queda impune, ha sido un impulso para presentar este proyecto”, resaltan.

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