Autorretratos: Genealogía femenina es una exposición colectiva que se encuentra en el Centro de las Artes (CEART) de Santa Rosa de Viterbo, Querétaro, resultado del Taller de Gráfica con Perspectiva Feminista impartido por la artista plástica Alix Yolitzin, en las instalaciones de la Fundación Carol Rolland, en el marco del Día Internacional de la Mujer, y junio de 2022. Y la muestra permanecerá en exhibición en el Museo de Sitio del CEART hasta el 8 de mayo.
Aline Ambriz, Alix Yolitzin, Fernanda Armada, Jessica Hernández, Malac, PaolaIbarra, Samantha Cuéllar, Susana Ocampo, Zaira Ornelas y Mariana Dionicio, columnista de EL UNIVERSAL Querétaro, son las artistas de Genealogía femenina.
El CEART es el segundo espacio cultural que le abre las puertas a la muestra, esta vez tomó sede en el Museo de Sitio del CEART. La museografía y curaduría es obra de Mariana Dionicio; el objetivo es honrar a las ancestras y mujeres que han impactado en la producción de las artistas.
Las piezas son exploraciones realizadas a través de las bases del feminismo como teoría en el arte, y la gráfica contemporánea como recurso plástico, con el fin de que las personas participantes adquieran las herramientas necesarias para reencontrarse con su identidad para crear una autorrepresentación desde su historia personal y su propia genealogía femenina.
“La creación de imágenes desde una visión feminista y una autorreflexión de las protagonistas, se presenta en las piezas a partir del rompimiento y expansión de los límites académicos e involucra técnicas que son parte de las representaciones en el arte contemporáneo y de la gráfica expandida, siendo algunas de ellas: el lino grabado, la monotipia, la transferencia de la imagen, la fotografía, el dibujo, la pintura, la acuarela, el collage y el bordado, además de la recuperación de elementos y objetos simbólicos propios de la herencia y memoria familiar”, explica Alix Yolitzin.
“Este taller les dio la oportunidad [a las creadoras] de generar un encuentro entre mujeres en un espacio seguro, intercambio de experiencias y autoconocimiento, además que permitió abordar y visibilizar realidades que nos atraviesan en relación con nuestro contexto, nuestra corporalidad y memoria, siendo el cuerpo femenino un constructo complejo, integrado por percepciones, creencias, pensamientos, roles o estereotipos, muchas veces sobreviviente a la violencia que se vive día a día en este país”.
“El resultado ha sido una representación honesta, un encuentro íntimo con nuestra propia identidad y con nuestras ancestras a través del arte”. Y el taller quiere seguir compartiéndose con más mujeres, esto con el fin de hacer crecer al colectivo y su producción artística. Se busca que el taller sea tomado por artistas y también por personas que no hayan tenido un acercamiento en el arte, esto para que las personas encuentren una manera de expresarse y contar su historia a través de la producción artística.