Sobre papel algodón, y utilizando café y grafito, el joven artista Eduardo Ruiz realizó un retrato del lingüista Ewald Hekking, un homenaje a quien el pintor considera un amigo y maestro.
Eduardo y Ewald trabajaron junto a Aurelio Núñez en el proyecto Cosmovisión ñäñho, que comenzó como una exposición y finalmente se presentó un libro, en donde se reúnen los relatos de la cultura otomí, acompañados de su interpretación pictórica, obra del mismo Eduardo.
“En el caminar he conocido personas maravillosas que han marcado mi vida. Algunas de esas personas son grandes maestros [as] que han compartido conmigo su amistad, recuerdos, conocimientos y sabiduría. Esta obra es un pequeño homenaje a un gran amigo que admiro y quiero mucho, Ewald Hekking”, expresó Eduardo Ruiz en una publicación que compartió en redes, en donde nuestra la pieza creada y fotografías en donde le entrega al lingüista su retrato.
La pieza de homenaje se llama Ar 'ñete mengu Olanda (El Brujo Holandés), es una pieza mixta sobre papel algodón, hecha con grafito y café, la bebida favorita de Ewald.
Más de cuatro décadas
En el año 1981 Ewald Hekking llegó a Querétaro atraído por la cultura de la región, y al descubrir que existía una comunidad indígena que usaba muy poco su lengua materna, él aprendió a hablarla y escribirla, investigarla y enseñarla a gente de la misma comunidad otomí de Amealco y Tolimán.
Su labor de investigación, rescate y revitalización de la lengua culminó en obras como el Diccionario Bilingüe Otomí-Español del Estado de Querétaro (2010) y el libro de relatos Cosmovisión Otomí, una forma de mirar, sentir y contar el mundo (2019).
Hekking es originario de Holanda, en donde hay una vida intercultural, y se inculca el conocer o hablar las lenguas de otros, “es casi una tradición muy holandesa”.
Holanda es un país que tiene al oriente el alemán, al oeste el inglés, al sur el francés, “entonces siempre nos han enseñado a aprender otras lenguas, para poder comunicarnos con ellos”, dijo Hekking en una entrevista previa a EL UNIVERSAL Querétaro.
Siguiendo esa misma idea, al llegar a Querétaro se interesó por el hñäñho.
“Desde joven siempre he querido aprender las lenguas que me encontraba en el camino, para entrar en una sociedad debes aprender su lengua, y así llegué al hñäñho, había estudiado el español, algo de náhuatl y quechua, pero cuando vine a trabajar en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) me dijeron, empieza un proyecto de investigación lingüística, y pensaban que iba a escoger algo relacionado con el español, pero yo dije: Quiero aprender el hñäñho”, platicó.
Eduardo Ruiz es egresado de la carrera de artes visuales de la UAQ, su familia es originaria de Amealco; en ese municipio creció el pintor y desde niño apreció la riqueza y belleza artística de la cultura. Sus primeros cuadros nacieron con la idea de rescatar esa belleza indígena, su gente y su labor, a la fecha continúa pintando con los mismos motivos. Y en Amealco abrió su galería en donde expone su obra y da espacio a otros artistas.