Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl, padre y madre de la creación (según del mito mexica), junto a sus cuatro hijos, las deidades Xipe Tótec, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli, vestidos de jeans, playeras, sudaderas y llevando tenis, son las figuras principales de “La calzada de la creación”, obra gráfica monumental creada por el colectivo La Madriguera en el techo del Centro de Arte Emergente (CAE), uno de los últimos proyectos del presente gobierno estatal, en materia de cultura.
El mural, platica Víctor López, fue un gran reto, “porque nunca antes habíamos hecho una intervención en el techo de un edificio, pero decidimos aventurarnos”. Y en esta aventura, además de Víctor, participaron Mariela López, Heczar Gómez, Hazel Eufragio, Javier Gofe y Eduardo Cervantes.
Con elementos contemporáneos, como la vestimenta, o poses de break dance, se recreó este antiguo mito con el objetivo de acercar a la gente, principalmente a los más jóvenes, a conocer su historia, pero también para que se miren así mismos.
“Justo la idea de hacerlo así, es para sentirlo más cercano, nuestros mitos de pronto se van perdiendo y en realidad toda la cosmovisión o mito es una metáfora de lo que tú eres, o lo que necesitas en la vida, ayuda mucho a entender qué estás haciendo y qué haces en este mundo, Y decidimos hacerlo así, por eso los jeans, los tenis, para que sea más cercano a nuestra época”, detalla Víctor.
De parte de Nueve Arte Urbano, La Madriguera Gráfica recibió la invitación para realizar el mural, en un área de 50 metros de largo, por siete de ancho, y la encomienda fue crear, con una paleta de colores claros, una narrativa sobre el proceso creativo.
“Nosotros decidimos representar el mito de la creación mexica a partir de imágenes y elementos contemporáneos. La cosmovisión mexica habla de Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl como una pareja de creadores. Y logramos generar una composición armónica para el mismo espacio, colocando en el centro a nuestros personajes, que están danzando en un gran círculo cálido, que representa la energía de este padre y madre creador”.
La narrativa del mural sigue el recorrido del sol, de oriente a poniente, en el oriente se ve la semilla del maíz que representa la milpa y con ello se exalta la fecundidad de la tierra, hasta llegar a la imagen del cacao que representa la energía masculina.
La pieza se extiende para presentar a los hijos de esos padre y madre creadores, deidades que son identificadas por un color y esencia propia: Xipe Tótec (rojo) llamado “el señor desollado o descarnado”, representa el renacer de los campos, por eso en el mural se ve tocando con una mano la tierra.
Tezcatlipoca (negro) representa el Mictlán, el inframundo, el espejo humeante negro, el sol nocturno, y en la obra de La Madriguera se encuentra en una posición de vuelo, su pie izquierdo está doblado, porque sacrificó una de sus piernas para dársela a Cipactli, un ser con aspecto de cocodrilo.
Quetzalcóatl (blanco) la “Serpiente emplumada”, se ve en el mural como un joven, vestido con una sudadera blanca, y detrás de él hay unas alas, en representación del viento.
Huitzilopochtli (azul) está representado con el color azul turquesa, y está claramente con una posición y semblante de esfuerzo, porque es guerrero, y en medio de su corazón está un colibrí.
El espectador, dice Víctor, puede darle al mural su propia interpretación, pero también es una invitación abierta a buscar por su cuenta a conocer más sobre los mitos prehispánicos, y también conocerse a sí mismo. En las redes de La Madriguera y Nueve Arte Urbano, están compartiendo fotos y videos sobre la creación de este mural.
“La calzada de la creación”
Participaron seis artistas: Mariela López, Heczar Gómez, Hazel Eufragio, Javier Gofe, Eduardo Cervantes y Víctor López.
El mural, de 50 metros de largo por siete ancho, fue creado con una paleta de colores claros.
Los dioses prehispánicos fueron ataviados con vestimentas contemporáneas.
