Bajo la certeza de que todos somos “raros”, la escritora española Rosa Montero escribió El peligro de estar cuerda, una publicación que ha enganchado a los lectores porque es fácil identificarse y hacer propio un mismo síntoma, una manía, una incertidumbre. Por eso la novelista dice sin titubear que la normalidad no existe, el mundo es un lugar lleno de gente con distintas rarezas.
Este ensayo y ficción reúne referencias científicas sobre los trastornos mentales, y se enfoca en el tema de la locura y creatividad, líneas en las que andan como equilibristas los artistas, especialmente los escritores, y comparte referencias bibliográficas de poetas y novelistas que se han envuelto en depresiones, vicios, historias familiares turbias y suicidios, además de compartir su propio historial, porque la narradora y periodista también ha sufrido de ansiedad y de esa indomable capacidad de crear historias en la mente, que la sacan de su presente.
Rosa, quien por más de tres décadas ha visitado México una o dos veces por año, a excepción de los dos primeros años pandémicos, por primera vez se encuentra en Querétaro, y en este encuentro con el bajío promociona El peligro de estar cuerda en el Hay Festival. Ayer se presentó en el Teatro de la Ciudad, y hoy estará en la Plaza Miguel Hidalgo de Tequisquiapan, a las 12:00 horas, acompañada de la mexicana Clyo Mendoza, a quien la escritora española ha elogiado por la novela Furia. Y para reanudar su tradición de visitar dos veces el país, volverá para participar en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2022.
La pandemia, dice Rosa, provocó la salida del armario de los problemas de salud mental, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que la depresión y la ansiedad aumentaron más de 25% solamente en el primer año de pandemia.
Históricamente siempre han existido los problemas mentales, pero por tabú se han minimizado y estigmatizado. Y las mujeres siempre han sido más señaladas y juzgadas por sus comportamientos, exigencias o intereses fuera de la tradición, y sin contemplaciones las llamaban “locas”, incluso, lo relata en el mismo libro, se les quitaban derechos tan sencillos como el de escribir, siendo la escritura un medio para expresar esas tormentas mentales.
“El libro concluye que la normalidad no existe, y no lo digo yo, hay un estudio que se hizo en la Universidad de Yale en Estados Unidos que dice eso, la normalidad no existe, todos somos divergentes en algo, la normalidad no existe, lo que existe es la rareza, todos somos raros, unos más que otros, y la felicidad consiste en reconocer que todos somos raros, en llevarnos bien con nuestras propias rarezas, con el equipaje o poco equipaje de oscuridad que tengamos y luego consiste en buscar a nuestra propia manada de raros, aquellos que se parezcan más a nosotros, entonces este libro habla de la relación entre la creación y la locura”.
Y entre la creatividad y la locura, hay una delgada línea.
“La cabeza de los que nos dedicamos a cosas creativas, sea bueno o malo aquello que hagamos, porque la cabeza del peor artista está cableada igual que la del mejor artista, no tiene que ver con la calidad de la obra, los que nos dedicamos a cosas más o menos creativas tenemos la cabeza cableada distinta que la mayoría, y en eso nos parecemos a la gente con problemas mentales, es decir que somos primos hermanos, creo que tenemos la diferencia entre las personas con problemas mentales realmente graves, como una psicosis, y los que nos dedicamos a cosas creativas, es simplemente una diferencia cuantitativa, no cualitativa, probablemente los fallos del cableado en la gente con un problema mental grave son catastróficos, mientras que los nuestros no. […] La salud mental es algo que forma parte de la sociedad, la OMS dice que el 25% de la humanidad va a tener un trastorno mental”.
“Artefactos literarios”
Montero también refiere que “normalmente hace novelas, más o menos raras”.
La loca de la casa, La ridícula idea de no volver a verte y El peligro de estar cuerda son libros difícilmente clasificables, “yo los llamo artefactos literarios porque son una mezcla de todo, este libro en concreto es una autobiografía muy poco convencional, que en parte tiene la biografía y en parte es ficción, es un artefacto literario, a principios de abril salió en España y es el libro de mi vida y realmente lo siento así, porque es un libro que he estado escribiendo toda mi vida, la primera línea dice: Siempre he sabido que había algo que no funcionaba bien dentro de mi cabeza”.
Esa idea fue desatando inquietud, zozobra y preguntas: “¿Qué me pasa en mi cabeza? Luego se va haciendo más común, porque vas viendo muchas otras personas que le pasan lo mismo. Entonces te das cuenta que hay un montón de gente en el mundo que dedica las mejores horas de su vida a sentarse en una esquina de su casa a solas, a inventar mentiras, que esa también es una actividad completamente estrafalaria y absurda, y también te preguntas ¿por qué hago esto? Y esas preguntas se hicieron más críticas cuando tuve mis primeras crisis de pánico, la pregunta era a un grito, porque yo pensaba que estaba loca y necesitaba saber qué me pasando”.
Crónica del desamor (1979), La función Delta (1981), Te trataré como a una reina (Seix Barral, 1983), Amado amo (1988), Temblor (Seix Barral, 1990), Bella y oscura (Seix Barral, 1993), La hija del caníbal (1997) que después se adaptó a cine, El corazón del Tártaro (2001), La loca de la casa (2003), Historia del Rey Transparente (2005), Instrucciones para salvar el mundo (2008), Lágrimas en la lluvia (2011) y La ridícula idea de no volver a verte (2013), son algunos de los títulos de los libros Rosa Montero. Y la novela La buena suerte es una obra que concluyó y presentó durante los primeros años de la pandemia.