Dos licenciados blanquecinos, “con todos los títulos nobiliarios que se le adjudican a un licenciado, como licenciado vende patrias, licenciado tesis de dos mil varos, licenciado despensas”, están promoviendo la nueva iglesia para ser feliz, es la iglesia del hombre blanco heterosexual, en donde se aplica la terapia de conversión y los toques, para la cura de “todo mal”.
HBH o el ejercicio del hombre blanco heterosexual, de Ernesto Galán, es donde gobiernan el par de licenciados “hijos del blanquismo”, interpretados por Ernesto y Eduardo Lagunas, es una obra de teatro cabaret bufón, que aborda temas de racismo, clasismo, homofobia y misoginia.
El proyecto escénico de La Miscelánea Teatro se presenta los días 16, 17, 23 y 24 de febrero en el Coro Bajo del Centro de las Artes (CEART) de Santa Rosa de Viterbo a las 8:00 de la noche. Hay 30 lugares por función y la venta de boletos es directamente en el espacio, previo a la presentación.
El montaje es apto para personas mayores de 18 años; la recomendación que ofrece Ernesto es acudir y divertirse: “piensen en venir al teatro como un ejercicio de diversión, entendiendo el ejercicio de divertirse como diversificar las emociones, se van a purgar de algo, van a salir diferentes, relajados de su hombre blanco heterosexual, es un teatro cabaret, teatro bufón, nos ponemos a sus órdenes como sus maravillosos bufones, y planteamos un ejercicio de cura social”.
La diferencia de clases o la tez de la piel son temas que se abordan en la obra. Hay estudios, refiere Galán, de cuántas personas tienen acceso a un mejor trabajo o una educación universitaria por su color de piel. Por ser hombre heterosexual también se ganan privilegios. Los temas se exponen, explica el dramaturgo, pero la obra no intenta ser una acción separatista, o polarizar entre fifís y chairos, ricos y pobres, blancos y prietos.
“¿Qué es ser un hombre blanco heterosexual en México? Sí te resuelve el 70% de la vida el ejercer como hombre heterosexual y de tez blanca. El ejercicio de estos bufones habla primero a partir de nosotros, del ejercicio de ser homosexual, la práctica de la homosexualidad como la gran traición a la masculinidad, al ser hombre, aquel que dice: yo me declaro y me expongo públicamente como un homosexual, fuera de la heteronorma y la masculinidad, y me vuelvo un gran traidor, y eso me resta puntos de un 100, de lo que me ayudaría a ser feliz, o a encontrar el camino de la felicidad, o a recibir los privilegios que me ayudan a ser feliz”.
Las reacciones de los espectadores son variadas, aunque la mayoría salen cautivados y asombrados por verse reflejados en los temas que abordan.
“El público sale sorprendido por el hecho de reconocerse en esos privilegios, algo de lo que nos han dicho es: ‘Yo también ejerzo dentro de esos privilegios, pero no me había dado cuenta que también he sido aplastado por el hombre blanco heterosexual y he sido violentado, violentada, o volentade, por el ejercicio supremo del hombre blanco heterosexual y no lo había hecho consciente, porque se vuelve una violencia normalizada”.
Durante la obra se tiene una constante interacción con el público, que también será sometido a una terapia de conversión, hay terapia de toques eléctricos, para curar el “mal” que deseen, ya sea la frustración, un mal amor, un mal trabajo, su enojo con la vida, aunque la verdadera cura se da en la reflexión y las risas.
Se contemplan presentaciones de HBH en Guanajuato, Ciudad de México y Puerto Vallarta.