El huapango suena en el centro de Querétaro. La música, las parejas, los trajes tradicionales llenan la tarde del domingo en el jardín Guerrero, con la realización de la coreografía monumental “Mi tierra queretana”, que convoca a miles de personas a presenciarla, manteniendo viva una de las tradiciones más representativas y arraigadas en la entidad.
Poco después de las 17:30 horas la coreografía monumental comienza. La música suena, los tacones en el suelo se escuchan al unísono. Luego, los bailarines invitan al público a unirse a la coreografía al ritmo del huapango “El queretano”, que además de ser bailado, es cantado por los presentes.
Antes, una hora y media, a las 16:00 horas, comienza a caer una llovizna en el primer cuadro de la ciudad de Querétaro, que dura unos pocos minutos, pero que no apaga el ánimo de la gente que se reúne en el jardín Guerrero y que llena la plaza.
El evento lo abre el grupo de danza prehispánica Raíz viva Querétaro. Antes de la coreografía monumental varios grupos de huapango hacen las delicias de los asistentes, mientras que grupos y parejas que bailarán esperan su turno.
Las jardineras del Guerrero sirven como bases para ver a los grupos que tocan y luego a las parejas que bailan.
Para el huapango no existen límites. Lo demuestran unas parejas que bailan en sus sillas de ruedas. Tampoco hay edades. Participan parejas infantiles, juveniles y de adultos mayores.
Antes de que comience la coreografía monumental varias parejas “calientan”. Se adelantan a la coreografía. Los espectadores los observan, admirando su habilidad para el huapango. Las parejas mientras bailan conservan la sonrisa en el rostro.
Previamente, Óscar Omar Bárcenas Suárez, organizador de la coreografía monumental junto con la Secretaría de Cultura del estado de Querétaro, señala que se registraron 205 parejas y 32 agrupaciones.
“Esta es la tercera edición. Es un movimiento que se ha hecho desde hace 10 años a nivel nacional. Inició en Veracruz, se replicó en diferentes estados. Lo trajimos aquí. La idea se planteó en 2019 y se pudo ejecutar y replicar de manera exitosa en 2022, 2023, pausamos en 2024 y en 2025 estamos una vez más”, indica.
El huapango, dice, es una de las tradiciones más características de Querétaro que enriquece a la entidad y la conservan grupos de todas las edades, pues en esta coreografía participan niños, jóveneses y de la tercera edad. También hay personas que conocieron el proyecto y se interesaron en tomar clases, para formar colectivos y presentarse.
Lee también: “Mi tierra queretana”, un magno baile de huapango
Bárcenas Suárez invita a los interesados a acercarse a las casas de Cultura, a los grupos de folclor, o en la página “Mi tierra queretana”.
Agrega que también personas que viven en Querétaro descubren el huapango y se animan a practicarlo.
José María Yuvera Lavalle y Andea Michelle Camacho Herrera son una de las parejas que toman parte de esta coreografía.
Michelle explica que fue una invitación por parte del grupo de danza Mitotia Ipan Mextli, de la Casa Municipal de San Joaquín. De ahí comenzaron a prepararse para formar para de la dinámica y apoyar para conservar la cultura del huapango.
Los jóvenes señalan que se prepararon durante tres semanas, participando 14 parejas de su grupo.
“Es muy importante en este tiempo conservar las tradiciones, que la gente siga manteniendo esta cultura y que se la hagamos llegar a otras personas que no son de Querétaro y que vienen a llevarse un poco de la cultura que tenemos aquí en Querétaro. Es muy bonito ser representantes de todo esto, poder darle a la gente eso, que disfruten vernos y nosotros también disfrutarlo”, indica la joven.
José María, a su vez, comenta que el huapango es una manera de expresarse sin que “nadie te critique. Es bonito cuando compartes, aunque también hay momentos difíciles en la danza, como cuando no apoyan mucho a esta muestra cultural”, abunda.
A unos metros, Azucena Sandoval Gómez y sus compañeros de grupo esperan para participar en la coreografía monumental. La mujer explica que desde 1994 baila huapango.
Dice que desde sus tiempos de estudiante le gustaba bailar. Se enteraron en su grupo a través de su maestro, Antonio Guerrero, del grupo Banda de Serra Folclor.
Azucena explica que ensayan cada semana porque tienen presentaciones en diversos lugares. “Tenemos la fortuna de que nos invitan a bailar. Ahorita que fue el huapango monumental el maestro nos preparó”, indica.
Te podría interesar: Edwin Hernández, estudiante de la UAQ, es campeón nacional de huapango
El maestro Antonio dice que son un grupo de amigos que ensayan en la casa de una de las integrantes del grupo. Toman parte cuatro parejas en esta coreografía, aunque son ocho en el grupo, cuyas edades fluctúan entre los 23 a los 65 años.
“Al final de cuentas, con el huapango se hace crecer el tejido social, conviven familias, propicia que se lleven mejor. Son algunos de los beneficios del huapango y de la danza folclórica”, asegura el maestro.
Mientras, Azucena añade que con el huapango se rescata la cultura, las tradiciones, se fomentan las relaciones sociales, se hace ejercicio y se divierten.
El evento es un éxito. Queretanos y visitantes, así como los nuevos queretanos, disfrutan del evento, desde sus lugares mueven los pies, las caderas, se contagian de las notas musicales alegres del huapango. “Esta es la armonía, esta es la vida”, dice la maestra de ceremonias.