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“No quiero levantarme, padre. No me levantes, madre. Prefiero caer, prefiero caer, en los filosos y amorosos brazos de La Bestia. Nadie quiere ser levantado, madre. Nadie quiere ser levantado, padre”… Estos versos son eco de la ‘Oración del migrante’, poema que Balam Rodrigo integró a su “Libro centroamericano de los muertos”, ganador del Premio Aguascalientes 2018, en el que exhibe, entre canto y dolor, la violencia que sufren los centroamericanos que cruzan México con la mira más al norte.
El “Libro centroamericano de los muertos”, es la segunda obra que el poeta chiapaneco escribió para su trilogía centroamericana, la primera fue “Marabunta” (2017), y la tercera es una obra de ensayos, aún inédita. Los versos que le permitieron ganar el Premio Aguascalientes son fragmentos que vienen de la infancia y juventud del poeta, aunado a historias reales que se cuentan como las más tristes noticias. En 2003 comenzó a escribir sus versos, el libro se publicó el año pasado y coincidió con el fenómeno migratorio de la caravana de centroamericanos que cruzó todo México.
Hace un par de días pasó por Querétaro la segunda caravana migrante de centroamericanos, hombres y mujeres que viajan con sus hijos, pequeños de brazos, niños que no saben lo que es ser migrante y sin embargo ya padecen su significado.
“Yo hablo en estos libros de la frontera sur, trabajo desde la experiencia de mi padre, mi madre, mi familia, es un tema muy duro, muy complejo, pero no tanto como la realidad. Al principio yo recibí muchas represalias (durante las presentaciones del libro), porque sí hago una crítica a las instituciones mexicanas, cuyo compromiso es salvaguardar no solamente nuestros derechos, sino también el de las personas en tránsito que atraviesan nuestro país, porque no lo hacen por gusto”, expresó el poeta en entrevista a EL UNIVERSAL Querétaro.
“Los medios de comunicación en estos últimos meses se han encargado de seguirlos en esta caravana, pero eso no evita el hecho de que cada año pasan por nuestro país como cuatro millones de centroamericanos, y otros migrantes; nos preocupamos por un puñado de entre cinco y diez mil, cuando en los últimos 20 años han desaparecido en México entre 120 mil y 150 mil centroamericanos, junto con los más de 300 mil desaparecidos y muertos que tenemos, entonces no había otra manera de retratar, con toda su crudeza, un puñado de estas pequeñas historias con las que yo espero colaborar dándole voz a quienes fallecieron y no alcanzaron a decir algo”, añadió.
“Identifican restos de ocho migrantes hondureños asesinados en México”, ese es el título de uno de los poemas del “Libro centroamericano de los muertos”, y en seguida se lee un poema más con el nombre ‘San Juan del Río, Querétaro’, que dice: “Estéril esta tierra que se sepulta, estéril este país y su cruel fardo de hombres que viola, mancilla y descuartiza a las hijas inocentes de Centroamérica y las exhibe sin pudor en sus vitrinas aquí en los prostíbulos de San Juan del Río, Querétaro, para que sus hijos, proxenetas también, compren la carne del dolor y nos masacren en los mismos lechos donde los arrullan los paternales y erectos falos que violan sin descanso a sus propias madres”.
Balam es originario de Villa de Comaltitlán, Soconusco, Chiapas, un pueblo fronterizo, muy cercano a Guatemala; ahí creció frente a las vías del ferrocarril donde pasa la gran máquina, La Bestia. Y en su libro incluye algunas fotos, imágenes de su familia con migrantes, “algunos de los más de 300 que vivieron con nosotros en la casa”. En la primera foto de ese álbum, Balam escribió: “Ninguno de nosotros vive ya en el pueblo, todos migramos, buscando librarnos de las garras del dios de la miseria y su violencia”.
De algún modo, dijo el poeta, el arte siempre se adelanta a su tiempo. “El Libro centroamericano de los muertos me tocó escribirlo hace varios años, yo me había contenido o me había esperado un momento, por cierta madurez, porque los libros también tienen su momento, hasta que después de la muerte de mi padre, que era un vendedor fronterizo, iba de un lado a otro en la frontera México-Guatemala, me empeñé en terminar esos libros, cerrar ese círculo. Era un pendiente que tenía con los hermanos centroamericanos”.
En Querétaro, Balam Rodrigo presentó su libro en la Universidad Autónoma de Querétaro; y en el CEART de Santa Rosa de Viterbo, junto al joven poeta Víctor M. León Leitón, quien presentó “Infraperro”, libro ganador del XXIV Premio Internacional Ramón Iván Suárez Caamal 2015.
Balam es ex futbolista, biólogo, diplomado en teología pastoral, autor de 25 libros de poesía, y su obra ha sido reconocida por el “Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta” (2011); “Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz” (2012); “Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines” (2014), “Premio Nacional de Poesía José Emilio Pacheco” (2016) y “Premio Nacional de Poesía Amado Nervo” (2017).
bft