Vendían sus muñecas otomíes y prendas de bordados en eventos culturales, en ferias de artesanías, en talleres para escuelas o museos, donde compartían el paso a paso de la elaboración de las tradicionales muñecas originarias de Amealco, además de salir a la calle a ofrecer sus productos. Por la pandemia fueron suspendidas todas esas actividades en las que participa Yubicela Hipólito López y su mamá, Josefina López Martínez, dos reconocidas artesanas de Santiago Mexquititlán, comunidad de origen otomí.

A un año del inicio de la pandemia, Yubicela explica que no han podido vender ni el 20% de lo que comercializaban en años anteriores; por las bajas ventas han reducido su producción y para ayudarse, ahora elaboran comida que venden en la cabecera municipal de Amealco.

“El problema que nos ha ocasionado la pandemia en la actualidad son las ventas, nos ha pegado muy duro, creo que para todos los artesanos de todo país; las ventas han reducido, ya que no es un producto de primera necesidad, pero para nosotros fue un cierre total, no hemos podido vender ni siquiera el 20% de lo que vendíamos hace un año, es algo muy complicado que nos hizo salir de nuestro hogar para ir a ofrecer a las calles con más consecutividad, pero ahora que ya no se puede ni vender en las calles tuvimos que cambiar de producción, ahorita que no hemos elaborado tanta artesanía, empezamos con la venta de alimentos tradicionales, lo que se come en el pueblo, para venderlo en la cabecera municipal o aquí mismo en el centro de la comunidad, si no de dónde sacábamos para la familia”, cuenta la joven artesana en un video que comparte el programa “La Cultura Popular e Indígena de Querétaro”, disponible en el canal de YouTube de la Secretaría de Cultura de Querétaro.

En mayo de 2020, a unas semanas de que comenzaran las restricciones por el Covid-19, Yubicela también platicó con EL UNIVERSAL Querétaro y detallaba que el confinamiento las afectó desde las primeras semanas.

“Sí nos ha afectado, nos vimos afectadas desde la tercera semanas de la cuarentena, cuando se nos acabaron nuestros ahorros, porque tuvimos que pagar material que se quedó estancado, tuvimos que pagar bordados a las compañeras (del colectivo de artesanas con que trabajan). Esta cuarentena nos agarró de forma inesperada, en mi caso yo no había vivido algo así, recuerdo que la influenza no fue tan grave, aún estaba estudiando, y ahora sí, no tenemos trabajo y no tenemos dinero, hemos sobrevivido del campo”.

De la siembra del maíz, de los nopales que crecen en la región, de eso es de lo que se alimentan. “Pero ahora también ha faltado la lluvia, ni quelites hay, ni modo. Dice mi mamá, al menos tenemos algo. Pero lo poco que había se está acabando, porque la gente que estaba en la ciudad se regresó y como no tienen dinero se alimentan también del campo, y lo que comen también es maíz, nopales, lo que uno encuentra, de eso hemos estamos viviendo”, detalló.

Otra forma que encontraron para seguir trabajando sus artesanías es con los cubrebocas, hechos con tela resistente para ser lavable y con el detalle de sus bordados. A la fecha, siguen elaborando los tapabocas, que se han vuelto sustanciales en esta época, y si requieren de un producto especial de sus tradicionales artesanías, pueden hacer sus pedidos a través del Facebook con Yubicela Hipólito.

“No hemos salido a vender en la calle, además que no dejan, pero seguimos trabajando las muñecas, cualquier tipo de bordado: blusas, bolsas, servilletas, algún regalo en especial, algún regalo que quieran hacer, lo podemos seguir haciendo sin ningún problema”.

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