Acostumbrados a usar WhatsApp, Facebook, Instagram, o en más raras ocasiones el correo electrónico, para los niños de hoy resulta toda una experiencia acercarse al servicio de correo tradicional, ese de papel, sobre y estampilla.

El mejor pretexto para conocer este medio de comunicación cada vez más en desuso, sobre todo en una época tan apegada a lo instantáneo, puede ser el enviar la carta a los Reyes Magos y mejor aún, esperar a vuelta de correo una respuesta de su mismísimo puño y letra.

En la oficina del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), que se ubica en la calle de José María Arteaga número 5, en el Centro Histórico de Querétaro, y abre de las 8:00 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde, se puede ver un buzón con un moño dorado y un rótulo que indica “Deposita aquí tu carta ¡Haz que tus deseos se vuelvan realidad!”.

Sin embargo, en esta ocasión, al contrario de otros años en donde se había dispuesto una mesa con instrucciones para que las niñas y los niños supieran exactamente cómo elaborar su carta y enviarla a la dirección en donde residen los Magos de Oriente, no se hace mayor alusión a la posibilidad de comunicarse con Melchor, Gaspar y Baltasar a través del correo.

Mateo, de 8 años, espera su turno para llegar al mostrador de Sepomex, después de una pareja que envía al menos 10 paquetes pequeños envueltos en un papel peculiar de color amarillo. Poniéndose de puntillas y con su voz de niño, pide al encargado “el papel para la carta a los Reyes Magos”. Sonriendo ampliamente, el joven empleado le pregunta si la va a depositar en el buzón o si la va a dejar, como generalmente se hace, debajo del árbol en un zapato.

El niño voltea a ver a su madre y a su abuela, quienes le acompañan en esta aventura, preguntando con los ojos cuál será el destino de esa misiva. La mamá señala que sí, que será para depositar en el buzón.

El empleado postal le indica al pequeño que entonces necesitará un sobre y una estampilla también. Carta, sobre y estampilla cuestan 7.50 pesos cada una. Mateo hace el pago y recibe lo necesario para enviar su lista de los regalos que espera recibir en la mañana del 6 de enero.

Entonces viene el proceso de elaborar la carta. Utilizando un escritorio instalado en el pasillo, el niño comienza su redacción con el consabido “Queridos Reyes Magos, gracias por los regalos del año anterior. Para este año me gustaría…” Se esfuerza por escribir con bonita letra para que los Magos no puedan alegar ninguna confusión. Un peluche, un mini futbolito y otros juguetes de moda comienzan a aparecer en la lista, para terminar con un “los quiere mucho” y luego su firma “Mateo A.”

Bárbara Mendoza Vázquez, jefa de la Unidad Comercial de la Gerencia estatal de Correos de México del Sepomex en Querétaro, se acerca a Mateo y le comunica que los Magos de Oriente le han encargado, de manera personal, que les preste su corona por unos minutos a todas y todos los niños que lleguen a escribir su carta a esa oficina de correos. Así que pronto Mateo ya luce en su cabeza el preciado objeto, mientras sigue escribiendo.

Al verlo, otra mujer que espera en el mostrador para enviar una carta, señala que quiere papel, sobre y estampilla para llevárselas a sus dos nietas, así que Bárbara le indica que en el mostrador puede adquirirlas.

De acuerdo con Mendoza Vázquez, en esta oficina de correos se impartirá un taller el 4 de enero, a las 12:00 pm, para enseñar a las y los niños como Mateo todo el proceso de enviar una carta, pues es cada vez más raro que conozcan lo que es un remitente o un destinatario, dónde se escriben en un sobre, cómo se coloca una estampilla y para qué sirve.

Bárbara les agradece a Mateo y a su madre que hayan participado en la dinámica de enviar la carta a los Reyes Magos; y además le recomienda al pequeño escribir con letra clara su dirección, pues a vuelta de correo recibirá en su domicilio la respuesta en algunos días, lo que emociona mucho al pequeño.

Por fin llega el ansiado momento de depositar la misiva en el buzón. Con una gran sonrisa, Mateo cierra el sobre y lo introduce por la rendija, junto con la esperanza de que Melchor, Gaspar y Baltasar la reciban pronto y cumplan con lo más posible de su lista. Sobre todo, porque afirma “se ha portado más o menos bien este año”.

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