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Muñeca otomí promueve la paz

La fundación cultural México, Orgullo y Tradición tiene la misión de unir a través del arte, y Pacesita es el personaje que identifica su labor

Foto: César Gómez
02/01/2019 |06:43Rocío G. Benítez |
Rocío G. Benítez
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Con la pasión de la danza folclórica, María Teresa Gómez Saldaña creó la fundación cultural México, Orgullo y Tradición, que hoy es reconocida internacionalmente y que tiene como principal objetivo promover la paz a través del arte. El personaje que identifica tan bella labor es una muñeca otomí vestida de blanco, que recibió el nombre de Pacesita y que ha sido enviada a 63 países a sus representantes, todas creaciones de la artesana Genoveva Pérez Pascual, la famosa Geno, originaria de Amealco.

México, Orgullo y Tradición inicia 2019 con una actividad que se está volviendo una hermosa costumbre, por cuarto año irán a Peñamiller a llevar juguetes y ropa para niños de 10 comunidades, hasta el 6 de enero estarán recibiendo donativos, que no necesariamente tienen que ser nuevos, pero sí en buen estado, y se entregarán el 13 de enero. Si alguien quiere cooperar con esta causa, pueden contactar con la fundación a través de su página de Facebook.

Su proyecto estrella de 2019  se llama “Qronociéndote porque te Querétaro mucho”, y la finalidad es que los alumnos de la fundación conozcan las tradiciones de Corregidora, El Marqués, Huimilpan, Amealco, Querétaro y Jalpan, como la Danza de las Inditas, Las Pastoras y la Danza de Concheros, pero también situaciones que han marcado a estas regiones, como la migración.

Muñeca otomí promueve la paz

En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, María Teresa Gómez Saldaña, presidenta de México, Orgullo y Tradición; y Adriana Mota Pérez, directora de investigación y coordinadora de docentes, platicaron del origen de esta fundación, sus objetivos, el nacimiento de Pacesita y la incansable lucha de promover la paz, por medio de las artes.

Luego de varios años dedicada a la danza y sosteniendo a un grupo bajo la tutela de una institución educativa, Tere tomó la decisión de crear su propio proyecto, pero con alcances más allá del mero baile.

La fundación surge en 2013 con la inquietud de hacer algo más, iniciamos con el primer objetivo que era trabajar con niños, procesos en los que ellos pudieran conocer, sentir y adentrarse a las tradiciones de México, y en el caminar nos dimos cuenta de la importancia de la interdisciplinariedad, de poder generar y contribuir a crear buenos ciudadanos; la actividad extraescolar, en este caso el arte,  te permite formar mejores personas, así fue que empezamos a hacer danza”, platica Gómez Saldaña.

Luego iniciaron con las jornadas a favor de la paz, y después de una visita a Bogotá, Colombia, como invitada de la Cumbre de artistas por la paz, en donde se expusieron temas sobre las problemáticas de violencia que afectan a nivel internacional, Tere regresó a México y dijo a su equipo de trabajo: “ya no podemos hacer lo mismo, tenemos que comenzar a hacer arte como instrumento de paz”.

Otro momento crucial que definió su trabajo, lo vivieron en el 2016, cuando en la Folkloriada Mundial, una olimpiada de folclor, invitaron a 90 países a Zacatecas, “pero por cuestiones de seguridad, 30 países no aceptan,  fue muy frustrante hacer tantas cosas para que cancelaran, teniendo todo. Entonces dije ‘¿qué  podemos hacer para agradecerles a los que sí vinieron?’ Y le dije a Geno, necesito que hagas una muñeca, pero le pones listones blancos para que represente que somos un pueblo de paz, y Geno como buena creadora, me hizo una muñeca toda de blanco, así fue como nació Pacesita, su valor es el amor; a nosotros nos queda claro que si en el mundo hubiera amor, no habría tantos conflictos”, expresa Tere.

En cada actividad que tienen, como obsequio se entrega una Pacesita, por eso esta muñequita otomí ya vive en 63 países y ha llegado a manos de  importantes líderes  como Rigoberta Menchú y Jody Williams, ambas reconocidas por haber ganado el Premio Nobel de la Paz.

Hay múltiples significados para Pacesita, el principal es que es una artesanía que identifica a la cultura otomí, y representa a una mujer, símbolo de amor y también de equidad, porque igual da a luz hombres y mujeres. El amor y el respeto son claves para la paz, y esas son las bases con las que trabaja esta fundación queretana.

Muñeca otomí promueve la paz

“El arte significa respeto, porque éste expresa lo que sientes, lo que quieres decir  y lo que quieres que los otros sepan, que no necesariamente es lo que le gusta a los demás, por lo tanto tienes que respetar, es importante porque, por ejemplo, en trabajos como la danza, el teatro, la música, tienes que saber hacer equipo y de esa manera estás haciendo paz, porque estás aprendiendo a compartir con el otro”, detalla Adriana Mota Pérez.

En la fundación, además de las clases de danza folclórica, imparten teatro, con la guía de Luis Rabell, y pronto iniciarán instrucción musical. Cada semestre comienza un nuevo curso. Y atienden a niños desde los cinco hasta los 15 años. Trabajan lunes, miércoles y viernes de 6 a 8 de la noche, en el Centro Educativo y Cultural Manuel Gómez Morín.

Los pequeños, a través del arte, aprenden valores como respeto, amor y honestidad, pero también disciplina. “Queremos que los niños compartan con nosotros el pedacito que nos tocó vivir, y sí, trabajamos mucho en esa parte de valores, guiando a los infantes vamos a lograr un cambio”, agrega la directora de investigación y coordinadora de docentes.

Además de Pacesita, con su mensaje de amor y paz, también tienen otras muñequitas, que con vestidos de distintos colores promueven  valores como gratitud y fortaleza, que son también esencia del espíritu de México, Orgullo y Tradición.

bft