Con más de 2 mil 600 insectos, algunos vivos y otros disecados, el Museo de Bichos de Querétaro abre sus puertas para que niños de todas las edades no sólo aprendan a valorar y respetar a estos animales, sino que también adquieran conocimientos de robótica durante el verano.
En el recinto, ubicado en la calle Pasteur Sur #32, en el Centro Histórico, estos cursos de verano inician con una charla informativa a cargo de Jesús Puente Casillas, dueño del museo, quien expone distintos temas cada día, como las arañas, mariposas, animales vertebrados o los invertebrados. Después, los pequeños pasan al patio principal, donde crean robots con la forma de su insecto favorito.
Desde la experiencia de Isis, una de las talleristas de “Robot Kids”, institución que coordina los cursos de verano, los niños cambian su perspectiva sobre los insectos, pues al asistir a las charlas con Jesús, aprenden las características de cada insecto y el miedo que tenían hacía algún bicho, se convierte en respeto.
“Es una experiencia muy padre, a los niños les encanta aprender cosas nuevas, sobre todo de insectos, yo he notado que su perspectiva cambia por completo, algunos decían ‘los bichos me dan miedo’ o ‘esos animales me dan asco’ pero cuando aprenden sobre ellos entienden el por qué de las cosas y esos miedos que algunos tenían, se convierte en respeto por esos animalitos, porque ahora los conocen, saben cómo viven y cuál es su trabajo en el medio ambiente”.
“También noto un cambio en los papás, porque los niños son los mejores promotores de la ciencia, ellos le cuentan a su familia lo que aprenden aquí, algunos papás decían ‘no quiero que mi hijo toque a ningún insecto’, pero esa visión también cambia. Y todo lo aprendido en el museo, lo aplicamos en robótica para que ellos creen sus propios robots”.
De hecho, los cursos de robótica han tenido tanto éxito que el cupo se llena rápidamente. No obstante, Isis asegura que a finales de este mes y principios de agosto, abrirán inscripciones para recibir a nuevos alumnos.
El Museo de Bichos inició con la colección personal de Jesús Puente, que con el tiempo fue creciendo hasta exhibirse en el recinto. “Desde la infancia me gustaron los insectos, siempre los estuve coleccionando, posteriormente estudié en la Escuela Latinoamericana de Taxidermistas, ahí presenté un conejo en reposo y llevé una pequeña vitrina con 15 insectos y mi colección le llamó mucho la atención a la gente, de ahí nació mi intereses de ir aumentando la colección para exhibirla y lo principal es la divulgación del comportamiento de los insectos”.
Jesús detalla a EL UNIVERSAL Querétaro que el 80% de los insectos exhibidos son parte de su colección privada, y el 20% son especies donadas por entomólogos o biólogos. Reiteró que no acostumbra comprar insectos, pues una de sus enseñanzas es no lucrar con las especies.
El museo reabrió sus puertas desde hace un par de meses, tras pasar varias semanas cerrado debido a la pandemia. Durante ese tiempo, Jesús trasladó al menos 200 insectos vivos hasta su departamento para garantizar su supervivencia, pues las mantis religiosas, tarántulas y escorpiones necesitan alimentarse cada tercer día y mantener una adecuada temperatura ambiente.
“Fueron meses muy difíciles, pero estamos abiertos nuevamente y recibimos a los visitantes con todas las medidas de salubridad necesarias, así que los esperamos”, comenta.