Cualquiera puede hacerse el loco. Por no cualquiera lo convierte en su forma de vida.
Lo que comenzó como un mote artístico, se convirtió para Manuel Valdés en un sello que cultivó hasta su muerte, ocurrida ayer cuando tenía 89 años.
En su árbol genealógico se encuentran nombres como Germán Valdés “Tin-Tan” y Ramón Valdés “don Ramón”, pero él se ganó su lugar en la historia de la comedia en México por mérito propio, gracias a su sentido del humor a prueba de todo, aún en la enfermedad.
Fernando Manuel Valdés Castillo, nombre real, nació el 21 de enero de 1931 en Ciudad Juárez, Chihuahua. Cuando su hermano Tin-Tan hizo la película El hijo desobediente (1945) Manuel trabajó como extra recibiendo un pago de 12 pesos; tenía 13 años.
Su primera oportunidad como comediante, la recibe en Variedades de medio día (1955 - 1957) al lado de Héctor Lechuga, donde salieron personajes inolvidables como La hermanitas Mibanco.
Su carrera en el cine fue prolífica: en su historial se cuentan 62 películas. Su paso por el teatro fue modesto pero con proyectos, como Don Juan Tenorio.
Su actividad artística comenzó a cesar, en 2017 al detectarle un mieloma canceroso en la frente. Un año después se le detectó un tumor detrás del ojo derecho. Ayer por la mañana, esa locura que fue su vida terminó.
Loco por “Bomberito” Juárez
Nunca quedó claro si la broma que hizo sobre Benito Juárez, figura clave en la historia de México, y su esposa Margarita Maza le costó a Manuel El Loco Valdés una detención, una multa o la salida del aire de su programa.
El actor nunca aclaró qué fue lo que ocurrió, pero su nieto Iván asegura que el asunto sólo quedó como una llamada de atención.
Pero de que lo dijo, lo dijo.
El loco Valdés tomó el micrófono y bromeó: “¿Quién fue el presidente bombero? Pues Bomberito Juárez. ¿Y quién lo ayudaba? Su esposa, Manguerita Maza de Juárez” e hizo algo que era imposible en la televisión abierta de aquella época.
El presidente en aquel entonces era Luis Echeverría Álvarez.