El músico y director de orquesta alemán Jörg Birhance ofreció su primer concierto en tierras mexicanas en el año 2011, a partir de ahí, una o dos veces visitaba el país, hasta que la pandemia interrumpió esa tradición. Ahora, reinicia su acercamiento con México y lo hace con la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ), en el ciclo de conciertos que forman parte del proceso de elección para director titular.
El recital será el próximo jueves 1 de diciembre a las 20:00 horas, en el Teatro Metropolitano, comenzando con la obertura Euryanthe de Von Weber; de Maurice Ravel la obra Le Tombeau de Couperin, que Jörg confiesa es su pieza favorita por las emociones que logra expresar, además de ser un reto musical tanto para la orquesta como para el mismo director. Y de Schumann tocarán la Sinfonía No. 2 en Do mayor.
En sus anteriores viajes a México, Jörg ha sido invitado a dirigir diversas agrupaciones mexicanas. ¿Faltaba la OFEQ? “Por supuesto”, responde contundente. En su primer ensayo con la Filarmónica de Querétaro destaca su gran potencial. “Ya son muy buenos músicos todos”, y comparte que su interés de postularse para el puesto de director titular de la OFEQ, es hacer que la orquesta se vuelva el corazón de la ciudad.
“Como titular es muy importante tomar la responsabilidad de confirmar y mantener la importancia de una orquesta en su ciudad, como si fuera el corazón de la propia ciudad, y en la conciencia de la gente que vive aquí, que reconozcan que esa orquesta es el corazón de la ciudad. Eso sucede en Viena, cuando van a la ópera hay un amor para la orquesta, para los integrantes, y eso es como estar dentro del corazón de la ciudad y eso es lo importante para nosotros, para los ciudadanos, para la cultura”, resalta el músico.
“Para que la ciudad sienta a la orquesta como parte de la misma ciudad, hay que convencer a la gente con conciertos de altísima calidad. Nosotros los músicos cuando hacemos música nos encontramos con nosotros mismos. Y también puede pasar eso con el público. El público se encuentra con la música y consigo mismo. Cuando viene alguien al concierto sale cambiado, distinto. La vida es compleja, a veces hay problemas, a veces no, pero siempre hay que luchar con algo, y la música puede enseñar un poco que, aunque la vida es compleja, tenemos una existencia única”, asegura.
Y también resalta como retos a cumplir dentro de esta agrupación, la necesidad de confirmar su posición a nivel nacional, destacando por su propia identidad.
Como invitación para que el público acuda a la próxima presentación de la Filarmónica de Querétaro, el director invitado dice que asistir a un concierto es una experiencia única.
“Cada concierto es único y cada concierto es mejor que cada grabación, aunque nunca es perfecto, tampoco en la ópera en Viena es perfecto, pero cada concierto tiene el arte humano de la música y hay que escucharlo. Tocamos para la gente, no sólo para nosotros, y queremos compartir la música con la gente, para eso hacemos conciertos, para demostrar que somos una parte importante del corazón de la ciudad”.
Jörg Birhance asegura que cuando se es músico, más que pensar en una historia se vive la música. “Siempre tenemos el pensamiento en la música, cuando eres joven y tienes contacto con la música ya no te deja”, expresa.
A los 11 años de edad comienza a tocar la viola. Y su amor por la música lo lleva a especializarse en la dirección orquestal. Estudió dirección con Sergiu Celibidache, Constantin Bugeanu y Jorma Panula.
Es director artístico y musical de la WienSinfonietta, director artístico del Instituto Europeo de música de Viena, y fue vicedirector artístico de los Wiener Meisterkurse.
También se desempeñó como director artístico y musical de la orquesta Blutenburg Kammerphilharmonie de Múnich y de la Ópera Nymphenburg entre 2005-2011 y fue principal director invitado de la Orquesta Filarmónica de Zacatecas (México) entre 2011-2013.
En nuestro país, Birhance también ha sido invitado a dirigir diversas agrupaciones, como la Orquesta Sinfónica Xalapa, la Camerata de Coahuila y la Filarmónica de la Ciudad de México.
En su repertorio sinfónico destaca desde Haydn hasta el siglo XX y las óperas de Mozart. Por otra parte, el director busca continuamente redescubrir grandes obras orquestales y óperas de compositores injustamente olvidados o reprimidos durante la primera mitad del siglo XX, como Egon Wellesz —cuya primera sinfonía ha dirigido como estreno americano en marzo 2018 en la Ciudad de México—, y Elsa Barraine, Marcel Rubin, Ernst Krenek, Edmund von Borck, Erwin Schulhoff y Rudi Stephan, entre otros.