El chile en nogada, uno de los platillos estrella de la gastronomía mexicana que ha cautivado a miles de paladares, cumple dos siglos y en Querétaro también se celebrará a este manjar originario de Puebla.
Para conmemorar esta fecha, las Secretarías de Turismo de Querétaro y Puebla unieron fuerzas y anunciaron el arranque de los festejos por el 200 Aniversario del Chile en Nogada, como una forma de apoyar a los restauranteros.
El secretario de Turismo de Querétaro, Hugo Burgos García, recibió y agradeció a los funcionarios poblanos por la colaboración que siempre se ha dado entre ambos estados.
Por su parte, Octavio Mata, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) Querétaro, afirmó que este evento que difunde el tradicional platillo mexicano es parte de la alianza con las secretarías de Turismo para reactivar la economía regional y se contará con la participación de 28 restaurantes en la entidad.
Mientras que la titular de la Secretaría de Turismo de Puebla, Martha Ornelas, agradeció el apoyo de Burgos García y detalló que este año esperan vender 3 millones 500 mil chiles en nogada.
Además, la funcionaria invitó a los queretanos a visitar Puebla, respetando los protocolos sanitarios, donde encontrarán a 15 mil restaurantes que esperan a los visitantes con su mejor versión del platillo.
La presidenta de la Canirac Puebla, Olga Méndez Juárez, agradeció la alianza y trabajo coordinado de autoridades con restauranteros, lo que ha generado buenos resultados. Destacó que con la venta del chile en nogada se beneficia a más de 3 mil productores campesinos.
Historia
El origen del chile en nogada se remonta a 1821. Se dice que el platillo fue preparado por monjas agustinas para recibir en tierras poblanas a Agustín de Iturbide, quien celebraba su santo.
El comandante del Ejército Trigarante se deleitó con un platillo que involucraba ingredientes locales y estaba cubierto por una salsa creada con nuez de Castilla, perejil y granada roja. Así, con el paso del tiempo, este platillo que cumple 200 años se ha convertido en un clásico de la cocina mexicana.
