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Durante dos días se congregaron personas de la entidad queretana en el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro (MACQ), para tejer junto a integrantes de la Colectiva Hilos y engrandecer la pieza de arte textil Sangre de mi sangre, proyecto que comenzó en 2019 a raíz del incremento de violencia en Guadalajara, Jalisco.
Hilo rojo, un gancho, o las propias manos, tiempo y el deseo de que la violencia se detenga, fueron las principales herramientas para participar en la actividad.
La artista Claudia Rodríguez, fundadora de la Colectiva Hilos, visitó Querétaro para estar presente en esta acción colaborativa a la que asistieron principalmente mujeres, algo que no es extraño para la Colectiva porque también está integrada por mujeres, y no fue planeada así.
“Se dio la unión de mujeres de manera espontánea, natural, a veces entre conocidas, y fue el interés común sobre el tema de arte social a través del arte textil; la misma integración nos ha ido definiendo como Colectiva, además de la realidad nacional, en un principio no era la intención que fuéramos puras mujeres, pero eso también ha marcado el rumbo que hemos tomado”, explicó Claudia Rodríguez en entrevista previa con EL UNIVERSAL Querétaro.
Sangre de mi sangre se ha hecho de yute y rafia, todo en color rojo para representar los feminicidios y desapariciones. Han participado 300 personas tejiendo, y la pieza alcanzó más de 250 metros. A finales de mayo se inauguró en la sala principal del MACQ un fragmento de 17 metros del tejido original, ahí permanecerá hasta el 27 de junio.
El enlace con Querétaro fue posible con el apoyo de Trámite, Buró de Coleccionistas, que estableció contacto con la Colectiva Hilos desde el 2020. Posteriormente se espera una exposición más en Galería Libertad, el Museo de la Ciudad de Querétaro y en alguna plaza pública, además de continuar tejiendo para hacer más grande la pieza, esa mancha roja que busca visibilizar los hechos de violencia que aquejan al país.