Querétaro es una ciudad con un gran legado histórico que se encuentra representado en sus edificaciones como el Teatro de la República, una joya arquitectónica de estilo neoclásico escenario del estreno del Himno Nacional Mexicano el 16 de septiembre de 1854.
Este recinto combina su diseño impresionante con las grandes hazañas históricas, ya que en 1867 fue sede del consejo de guerra que condenó a Maximiliano I de México y en 1917 albergó al Congreso Constituyente, donde se promulgó en 1917 la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Este 5 de febrero, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo asistirá al recinto queretano a la ceremonia de conmemoración de la promulgación de la Constitución de México.
Al haber sido testigo de eventos históricos se genera la curiosidad por saber quién es el dueño de este recinto que se volvió clave para México y en particular para Querétaro.
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El Teatro de la República es propiedad del Senado de la República. Fue adquirido en 2016 a la fundación Josefa Vergara y Hernández.
Ese mismo año, el Senado aplicó una inversión 30 millones de pesos para el mantenimiento y remodelación del inmueble, valuado en 100 millones de pesos.
Construcción Histórica
Su construcción comenzó en 1845 y terminó en 1852 bajo el nombre de Teatro Iturbide, pero con el paso del tiempo fue renombrado al Teatro de la República.
Ha pasado por restauraciones mínimas y se dice que en la época de Maximiliano el inmueble se quedó sin techo y que se utilizó como fábrica de balas para combatir al emperador.
El teatro fue diseñado con elementos característicos de la arquitectura clásica grecorromana. En su fachada destaca las columnas corintias (un estilo de columnas usadas en la antigua Grecia) que le dan elegancia al recinto, además de detalles ornamentales en la parte superior.
El vestíbulo es la primera imagen que reciben los visitantes al entrar a este recinto, quienes pueden admirar su balcón que lleva hacia las oficinas administrativas.
La Sala de Conciertos tiene un diseño clásico con capacidad para más de mil personas que puede sentarse en asientos bien distribuidos que permiten la visibilidad al escenario.
El techo de la sala destaca por su elegancia, mientras que la acústica fue diseñada cuidadosamente para asegurar la mayor calidad sonora de los espectáculos.
Sin duda, el Teatro de la República es un emblema de eventos históricos de gran trascendencia para México que hasta la fecha conserva su encanto antiguo y es digno de admirarse y cuidarse como patrimonio de nuestro país.