Dice Mirna que es muy mala para cocinar, pero inventó con sobras de carne, tortillas de harina cortadas en cuatro, queso y un puñado de verduras “mal picadas”: las pizzadillas. Desde la primera vez que las preparó se convirtieron en el platillo favorito de su hijo Roberto, él desapareció en 2014 y años después Mirna, convertida en una rastreadora de fosas, fue quien encontró su cuerpo.

Ella no volvió a crear las pizzadillas hasta que la fotógrafa Zahara Gómez la invitó a participar en el Recetario de la memoria, que se presenta hoy en el Hay Festival Digital Querétaro 2020. El libro recopila las recetas que 30 mujeres, pertenecientes al grupo de Las Rastreadoras del Fuerte, Sinaloa, preparaban a sus familiares desaparecidos.

“Fue difícil aceptar, cuando Zahara me hizo la propuesta para mí fue una idea maravillosa, pero verme cocinando el platillo que le gustaba a Roberto fue muy duro, no quería, fui la última, fue pesado, pero cuando me di cuenta que cocinar para Roberto, cuando él ya no estaba, me liberó, me sentí bien, y cuando vi las recetas de las otras madres y que ellas sanaban con eso, para mí fue muy bueno”, platica vía telefónica desde Los Mochis, Mirna Medina, fundadora de Las Rastreadoras, en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro.

En México, el momento de la comida significa unión familiar. Recordar ese instante, en el que compartían la mesa, aunque la comida fuera poca, deja en Mirna sabores agridulces.

“Nosotros éramos tres en casa, Diego, Roberto y yo, siempre comíamos juntos, yo siempre esperaba que comieran ellos y me comía lo que dejaban, hubo un tiempo que no tenía mucho para hacer comida y dejaba que ellos comieran primero, y me comía la verdurita o la orillita de la tortilla que quedaba. Era un momento muy bonito, y a la mejor ellos nunca se dieron cuenta que yo no me servía, pero el hecho de estar con ellos, compartir la comida, era muy sagrado. Ahora trato de dar comida, me gusta dar de comer a la gente, hacer comida con el corazón”.

¿Y sigues haciendo las pizzadillas?, se le pregunta a Mirna. Su voz entrecortada responde con un no.

“No, no me atrevía a hacerlo, porque ya no estaba Roberto, pero yo creo que sí lo voy a cocinar, voy a preparar un día que invite a mis nietas y les diga que ese era el platillo preferido de su padre. Sí lo voy a hacer”.

Y aprovecha este enlace telefónico para proponerle a Zahara, al terminar la pandemia, hacer una reunión con todas las mujeres que participan en la publicación y degustar juntas los platillos. Zahara acepta y dice que será algo bueno para todas, porque más que un libro se convertirá en la acción de cocinar y comer juntas.

Las Rastreadoras nacieron en el 2014, con la desaparición de Roberto. Mirna salía a buscarlo, empezó sola, con ayuda de su familia. Poco a poco con la difusión de los encuentros de fosas, “la gente se daba cuenta que había una loca con una pala, buscando a su hijo, y que estaba encontrando cuerpos, entonces las personas que tenían familiares desaparecidos se fueron uniendo”.

Hoy en día, dice Mirna, hay más de mil 500 denuncias en la zona norte de Sinaloa y de rastreadoras son más de 100 que dan acompañamiento. “Son seis años de dolor y un mundo de mujeres buscando a sus tesoros desaparecidos”.

Zahara es fotógrafa, un tema de su trabajo es la desaparición forzada, hace cuatro años conoció a Las Rastreadoras y les propuso la idea de un proyecto colectivo y colaborativo. Recetario de la memoria comenzó a cocinarse en 2018.

“Nació con la idea de hacer visible a estas mujeres y hacer visibles a los que se llevaron, para intentar tejer puentes, para que sea una lucha de todos y todas, y poder salir de los espacios ya conocidos, por ahí se fue construyendo el recetario. Para mí es importante encontrar otras narrativas visuales, hablar de esta temática, es importante intentar proponer cosas para que otra gente se una y se sienta parte de esta cuestión que no se a una problemática estigmatizada, porque al final la desaparición forzada destruye el tejido social de una comunidad y de un país”.

El libro se presenta en el Hay Festival Digital Querétaro 2020, este 2 de septiembre, a las 18:00 horas; el enlace es a través de la página del mismo Hay Festival. Y está a la venta en la página del Recetario para la memoria.

¿A quién recomendarían adquirir el libro?, es la última pregunta para Mirna y Zahara. Mirna contesta: “A todos. Todos los tienen que leer”. “Sí, todos”, agrega Zahara.

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