El Museo de la Ciudad cumple 23 años este 14 de febrero, y de acuerdo con su director, Gabriel Hörner, la esencia inicial del recinto se conserva: ser un espacio para todas las expresiones artísticas y para todos los queretanos.

Ubicado en el Antiguo Convento de Capuchinas, el recinto cultural ya cumple más de dos décadas de abrir sus puertas al público.

Para celebrar la ocasión, explica Hörner García, “quisimos poner exposiciones representativas de lo que ha sido la oferta del museo a lo largo de los años. Son cuatro exposiciones. Una es internacional, es una colaboración entre un artista finlandés, uno sueco, y dos austriacos, que aparte [éstos últimos] están dando un curso de arte sonoro en el museo, y también van a dar un concierto como parte de la exposición, que es como una activación sonora de la pieza que van a presentar, que se llama ‘Máquina del tiempo’.

Otra exposición es de un colaborador del museo, Caín Torres, se llama ‘Marca’, él trabaja la madera, hace talla y ensamblaje. También es muy importante para nosotros porque en todos estos años el museo no sería lo que es sin la excelencia de sus colaboradores técnicos, sus colaboradores administrativos. Es como una especie de reconocimiento.

Otra es una exposición de una artista norteamericana, Erica Daborn, que son dibujos murales, en gran formato, sobre temas ecologistas, que son de una calidad extraordinaria.

Por último, una exposición de un joven artista de Ciudad Juárez, Óscar Cardea, quien presenta producción nueva, que se estrena aquí”, apunta.

El titular del recinto cultural explica que él está desde el principio del proyecto, y que como director tiene 22 años. El primer año del museo estuvo bajo la dirección de Antonio Loyola Vera.

Indica que en todos estos años lo que más les enorgullece es que no se ha perdido la idea original del museo, que era ofrecer una serie de contenidos a públicos muy distintos que forman a la comunidad queretana y crear una plataforma de diálogo entre la práctica artística local, nacional e internacional, que es un poco lo que se refleja con el programa de este aniversario.

Explica que el museo recibe al día un promedio de 250 visitantes, y los días de aniversario son mucho más, pues no sólo son las exposiciones, ya que se cuenta con tres espacios escénicos, así como cursos, talleres y biblioteca infantil.

“El proyecto siempre se basó un poco en lo subutilizados que son los espacios, porque realmente la vocación de un espacio público que tiene estas posibilidades de infraestructura para ofrecer contenidos a la gente se tienen que aprovechar de la mejor manera posible. Es lo que siempre hemos intentado hacer aquí, abrir las puertas a cualquier manifestación que sea afín a los objetivos del museo”, apunta.

Asevera que en el Museo de la Ciudad no ve a “un público”, sino a públicos con necesidades muy diferentes, inquietudes muy distintas, con intereses diversos y de lo que se trata es que estos públicos se encuentren a través de la convivencia de estos contenidos.

Precisa que el trabajo en el museo es arduo, pues todos los días hay entre cinco o seis eventos, además de las exposiciones. También hacen cosas que no vienen de la comunidad artística, pues el espacio está abierto a cualquier inquietud cultural que provenga del interés genuino de un grupo perteneciente a la comunidad y se atiende.

“Es un espacio público. La gente tiene derecho a los foros de expresión, ya sea jóvenes marginados, sean subculturas, sea el rock, sea lo que sea”, acota.

Los trabajos en la infraestructura en el museo ya concluyeron, pero es algo en lo que siempre se puede mejorar.

“Con los recursos que tenemos hemos hecho lo mejor a nuestro alcance, y jamás me vas a oír una queja de que no tenemos presupuesto, no tenemos dinero, no tenemos personal. Se hace lo que se puede con lo que se tiene, y finalmente lo más importante es la pasión que le pongas a lo que hagas y la calidad de tu equipo de trabajo, que en mi caso no tengo ninguna queja”, sostiene.

En el museo trabajan cinco personas en el área administrativa y cinco técnicos. Tienen 22 salas de exhibición temporal, tres espacios escénicos, una biblioteca infantil, espacios para talleres, cursos, diplomados. También cuenta con talleres para producción artística. “Cada vez tenemos un rango mayor de acción fuera de las paredes del museo, con intercambio con otras instituciones”.

A lo largo de 22 años al frente del museo, Gabriel Hörner señala que un día le gustaría dedicar todos los espacios y toda la infraestructura a un solo proyecto, algo que pronto se concretará, en agosto de este año, que será una exposición que ocupe todo el museo.

“Es increíble que cada vez hay menos espacio para la convivencia que no tengan que ver con el consumo, por eso es muy importante que rindan más los espacios públicos y los museos, pues cada vez es más pequeño ese reducto en el que la gente se puede dedicar a la contemplación, convivir sin tener que consumir nada. Esto es muy importante y valioso y hay que potenciarlo al máximo”, puntualiza.

Google News

TEMAS RELACIONADOS