“Aquí estamos, en la escena del crimen”, dice Carolina. Pero esta no es una escena de nota roja cualquiera. La misma mujer habla: “Me llamo Carolina, soy periodista y acaban de matarme”. 

Si el dramaturgo Edeberto Pilo Galindo ya había hecho hablar a niñas y jovencitas víctimas de feminicidio en su obra  Lomas de Poleo, en  Revelar la fuente volvió a  ese recurso de la ficción para que la propia Carolina relate su asesinato, un hecho real.

En espera de su montaje, con una temporada de funciones en Querétaro, la compañía Escénica Pulque y Peyote, a cargo de Uriel Bravo, presentó en el Museo de la Ciudad una lectura dramatizada de Revelar la fuente, obra que expone  la problemática del ejercicio periodístico en México, profesión que  se ha convertido en un asunto de alto riesgo.

Revelar la fuente, en espera de funciones
Revelar la fuente, en espera de funciones

La obra de Pilo Galindo retoma la historia de la periodista chihuahuense Miroslava Breach, asesinada a las afueras de su casa, mientras esperaba a su hijo  para llevarlo a la escuela. Miroslava era reconocida por su trabajo sobre derechos humanos, corrupción y narcotráfico.

Las actrices Yasmín Ronquillo, Delmy Muñoz y el propio Uriel Bravo envuelven al espectador en un juego de escenas y tiempos, que van una y otra vez al principio, que en realidad es el punto final: el asesinato de la periodista que no se deja intimidar, a pesar de las llamadas que le advierten que saben todo sobre su vida, principalmente sobre su hijo; pero ella es esa mujer que arriesga todo por la verdad.

En el periodismo se le llama la “fuente” a las personas que brindan información, ya sea porque son testigos o protagonistas del hecho que se investiga y pueden  solicitar el anonimato, para salvaguardar su integridad. Para el personaje de Carolina, “la fuente es sagrada, como la vida misma”.

Siendo corresponsal de un medio a nivel nacional y reportera de un periódico en la región donde radica, publica un reportaje sobre  fosas clandestinas, hechos de corrupción y control de procesos electorales, con minuciosos detalles y exponiendo nombres de figuras públicas. Su fuente le pide no revelar su identidad, petición que luego  se vuelve una intimidante. Los personajes señalados en su investigación comienzan a presionar con revelar su “fuente”.

“Y aquí estamos”, junto con Carolina, “en un país donde la vida no vale nada”, dice su personaje citando a José Alfredo Jiménez; y en sus primeros diálogos recuerda otro homicidio cargado de impunidad, el de la madre de Rubí, Marisela Escobedo, asesinada frente al palacio de gobierno de Chihuahua.

“Estamos, el teatro y el periodismo enfermos de la misma peste, la omisión”, dice  Bravo.

Revelar la fuente es una obra que el mismo Pilo montó en Ciudad Juárez, presentando sólo algunas funciones.

“Pilo Galindo tiene el valor y el talento para dialogar con esta brutalidad, especialmente contra las mujeres periodistas.  Digno heredero de otro chihuahuense comprometido con la creación de una cultura de paz, Rascón Banda”, expresa el director.

En Querétaro, con una lectura dramatizada de esta pieza inicia el proyecto de realizar el montaje. “¿Y qué vamos a cambiar con esta obra? Quizá nada, pero conservaremos la libertad de conciencia que todo artista o periodista debe conservar, o como dirían los mismos implicados: Lo único que podemos hacer es provocar un escándalo”, añade  Bravo.

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