Esta noche es la última oportunidad para pasar una velada divertida en compañía del comediante Rogelio Ramos, quien le exprime las anécdotas a la vida para traducirlas a risas y diversión.

Desde hilarantes comparaciones entre las costumbres de hace unos años a la actualidad, hasta canciones, este es un show completo en el que Ramos guiará a los queretanos.

Como parte de su gira “La vida es para reírse”, Querétaro forma parte de las 31 ciudades elegidas para pasar un rato ameno entre carcajadas.

¿Cómo te sientes de regresar a Querétaro?

—En realidad nunca me he ido, desde hace nueve años vengo cada mes y en esta ocasión llego con una gira temática que se llama “La vida es para reír”.

¿Entonces estás como en casa?

—Sí, yo estoy muy agradecido con los queretanos porque el último año y medio que he venido, todos los shows han sido sold out, y aunque lo he presentado en varios lugares, la gente de aquí siempre es muy cálida conmigo.

¿Aparte de Querétaro, qué otro destino sería tu favorito?

—La Comarca Lagunera, desde hace 31 años he hecho shows allá en Torreón y siguen yendo. Yo soy de Torreón, y Mexicalli, Ensenada y Tijuana son lugares donde la gente me recibe increíble.

¿Qué cuestiones de la vida te hacen reír?

—Todo, por ejemplo me divierto mucho con mi esposa, porque como todas las mujeres es más inteligente que los hombres, incluso me río de mis hijos. Además, la verdad tengo un humor negro y me divierte todo, hasta de las enfermedades y la muerte. El tipo de comedia que yo hago es vivencial y retrato incluso situaciones de pareja, con los hijos o en el trabajo, y lo exagero para que llegue a ser cómico.

¿Has experimentado el clásico “En algún momento me voy a reír de esto”?

Siempre, la diferencia entre algo trágico y lo cómico es el tiempo.

¿Qué otros temas manejas en tu show?

—Cuestiones curiosas que suceden en el día a día, como la diferencia entre novios y casados, de los chicos millennials de ahora con respecto a mis tiempos, cómo era la dinámica entre padres e hijos, también cómo antes los hombres eran muy machistas y ahora somos súper mandilones, en algún momento del show te sientes identificado.

¿Hay algún tema que evites?

—Sí, de inseguridad y secuestros, porque quizás alguien del público lo haya sufrido y se lo recuerdas cuando viene a divertirse, además tampoco me meto con temas políticos o religiosos, es delicado.

¿Cómo logras adaptarte de acuerdo al tipo de público que llega al show?

—A veces doy pláticas en las universidades y es muy diferente hablarle a los jóvenes, que a personas de más de 40 o 50 años, los temas, la forma y el vocabulario es muy diferente, entonces tengo que acoplarme, lo difìcil es cuando hay de todas las edades; lo divido en mitad y mitad (risas).

¿Qué significa vivir de hacer feliz a la gente?

—Es algo que me hace feliz y la única obligación que tenemos los seres humanos es ser felices, para mí hacer esto y además cobrar por ello es una bendición, además de poder viajar y conocer a tanta gente. Quizá si fuera médico y tuviera que dar una mala noticia no me gustaría tanto, aquí siempre conozco a las personas en momentos agradables.

¿Con qué sueles cerrar tus shows?

—Tengo 31 años cerrando con una canción que no tiene nada que ver conmigo, el show o mi vida, simplemente me encanta; es un tema de Roberto Cantoral con el que José José participó en un Oti, se llama “El Triste”, todo mundo la ha escuchado, es un gusto que me doy.

¿Cómo es el ritmo de tu espectáculo, feliz y luego triste o cómo lo llevas?

—Tengo amigos que son excelentes y logran hacer reír a la gente, luego los hacen llorar con un poema y después los vuelven a levantar, a mí eso se me hace súper difícil, yo procuro que desde el principio hasta el final, se rían.

¿Cómo logras conservar esta energía para llevar al público entre las risas?

—Es complicado porque implica un desgaste de energía y agilidad mental —que es la única que me queda (risas)—. Yo jamás los callo o les pido que apaguen sus teléfonos porque creo que el hecho de que el público te ponga atención es algo que se gana, como un respeto, y no se puede pedir.

¿Cómo ha sido esta gira?

—Es a través de 30 ciudades; Querétaro, San Luis Potosí, Laredo, Reynosa, Matamoros, Cancún, Mérida, Torreón, Saltillo y Durango, entre otras, son muchísimas.

¿Entonces tu vida es andar de aquí para allá?

—Sí, los días jueves, viernes y sábado casi siempre estoy fuera, y cuando mi mujer o alguno de mis hijos pueden acompañarme, los invito, sin embargo, creo que la vida de la gente que no se dedica a esto, es trabajar de lunes a viernes y los sábados hacer fiestas, XV años o bodas, y yo nunca puedo ir y eso es algo difícil, también en fin de año cuando yo trabajo todos están de fiesta, pero los lunes yo no trabajo y ¡eso es una chulada!

arq

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