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Esta semana “El obrero nostálgico” cumplió tres años de vida. Eneida Paez González, originaria de Querétaro, comenzó el proyecto en Ciudad de México, a donde llegó para continuar sus estudios de antropología, y a su regreso a tierras queretanas trajo el concepto de la misma cafetería para ofrecer bebidas de cacao, producto seleccionado que viaja desde Chiapas y Tabasco; café que viene de Veracruz, y pizzas hechas con maíz del municipio de El Marqués.
Para costear sus estudios, Eneida trabajó en diversos restaurantes, ahí conoció el movimiento del negocio y fue en el ambiente de una colonia obrera donde comenzó la historia de este café que evoca la riqueza del campo y los sabores tradicionales del país.
“Estábamos cerca de Xochimilco y ahí bajan todas las personas de los pueblos aledaños a vender sus productos, y quisimos hacer un café donde se pudieran ofrecer cosas frescas de la zona; y todo nació en una colonia de obreros, en La Fama, que fue una de las primeras fábricas que llegaron a México, de ahí surgió el nombre: El obrero nostálgico, para no llegar a invadir solamente la colonia como lo hacen muchos comercios, lo que queríamos era ser parte del espacio”, platica Eneida a EL UNIVERSAL Querétaro.
Los platillos que ofrecían en la CDMX no son los mismos que están en su carta actualmente, se han modificado para incluir productos de la región queretana, como el maíz, que es cosecha de temporal de productores de El Marqués.
Actualmente tienen 12 bebidas hechas con cacao, las más solicitadas son tascalate y pozol; también tienen galletas, pan e infusiones de flores y frutos del semidesierto, como la tuna, que sólo necesita estar pelada y ser mezclada con agua gasificada bien fría para acompañar una deliciosa pizza de maíz, uno de sus platillos estrella.
Recientemente participaron en el Festival Mexicacao, en el que se lucieron con su tamal de cacao que traen desde Tabasco y Chiapas; el cacao les ha permitido jugar con las bebidas para ser mezclado con pétalos de rosas, cardamomo, jengibre, romero y chile.
“Los platillos se han modificado según los productos de temporada y de la región. En Xochimilco teníamos una gran variedad, acá (en Querétaro) hay otros ingredientes y lo que hemos hecho es trabajar directamente con los productores, así es como han salido nuestros platillos. Por ejemplo, tenemos unas pizzas con una base de maíz, que hicimos con un grano de temporal rojo y azul. Comenzamos con el tascalate, el café y la pizza de chapulines, todo eso se ha modificado por los productos con que trabajamos”, detalla.
“El obrero nostálgico” se ubica en la calle de Escobedo 237, muy cerca del Tec Regional y la UAQ, aunque sus clientes no son exclusivamente estudiantes, sus puertas están abiertas a todo aquel que quiera probar algo diferente, fresco y con productos locales.
“Dar a conocer las bebidas es nuestro principal interés, y sobre todo pensar que son bebidas políticas, porque nos las han arrancado, igual que la comida, ahora vemos el cacao como algo exótico y externo, pero no, es algo nuestro, nos asociamos más con un refresco que con una bebida de cacao, y la gente a la hora de probar dice: ¡Ay, es que sabe a maíz, a tortilla remojada! Y su expresión es como de asco, y queremos quitar esa parte, recordarles que son nuestras bebidas, nuestro objetivo es difundir estas bebidas con granos y frutas de aquí de Querétaro”, expresa.
A la par de “El obrero nostálgico”, alimentan la Cooperativa de Trabajadores “En la milpa no se acaba”, que tiene como primer interés promover bebidas y platillos tradicionales del país. “Nuestro trabajo comienza a la hora de transformar la semilla de compañeros que siembran, cosechan y defienden nuestra tierra”, dice Eneida.
Los productos, platillos y bebidas que se venden en el café y a través de la cooperativa se han promocionado en festivales locales y de la Ciudad de México, en donde la curiosidad es el primer paso para conocer y disfrutar de sabores originales que también hablan de la historia del país.
arq