La artista plástica Sashel Meunier acude sistemáticamente a la Facultad de Ingeniería para explorar los residuos de maquinarias, circuitos en abandono. Toma las piezas, las resignifica y las reintegra a una nueva vida como obras escultóricas, con un discurso bien fundamentado, que se presenta actualmente con el título de E-Human en el Museo Anbanica de Historia (MUSAH), de Corregidora.

Ante la incertidumbre de que la inteligencia artificial suplirá eventualmente al hombre, la artista se sintió abrumada en algún momento mientras desarrollaba su proyecto de investigación sobre la robótica, los paisajes futuristas y la inteligencia artificial. Pero se dio cuenta que no había por qué temer. Dice que las nuevas tecnologías son una herramienta que “podemos explorar, aprovechar para generar otros conceptos o crear otras ideas”. Y recuerda que actualmente “hay un robot que está en el mar recolectando toda la basura, todas esas cosas que la tecnología puede hacer, que nos puede ayudar para rescatar lo natural, lo humano”.

Sobre su muestra E-Human, la artista explica que las seis piezas exhibidas “son esculturas, ensambles electrónicos que asemejan el cuerpo humano y son unos híbridos entre la máquina y lo humano. En cada una de ellas destaca un proceso humano, como la sensibilidad, la espiritualidad o la parte creativa”.

Durante la inauguración de E-HUMAN, Meunier indica que esta expocición es el “fruto de una investigación que nace de la inquietud por el empleo de elementos electrónicos en desuso. En una profunda introspección, descubro que el manejo de dichos componentes representa un viaje a mi infancia, en el cual —rodeada de estos elementos— percibo un vínculo con mis padres y surge una obsesión por investigar panoramas futuristas, en donde la línea divisoria entre la máquina y el humano se desdibuja”.

El tema que Sashel desarrolla es el transhumanismo y el concepto del cyborg a través del reciclaje. “Reflexiono sobre el desperdicio de aparatos electrónicos que se encuentran obsoletos, por la creación desmedida y monopolizada que exige el consumismo”.

Con esta obra expresa “una visión personal de un imaginario futurista, deshumanizado por el distanciamiento en las interacciones personales, la automatización de los individuos, la carencia de emociones, de sensibilidad y la reducción de la ética. Planteo la repercusión en la salud física, mental y emocional de los usuarios”.

La escultora detalla que algunos de los artistas que han influido en su obra escultórica son Alexander Calder, Arman y Raoul Hausmann. Y también los pensamientos teóricos y escritores como Raymond Kurzweil, Isaac Asimov, Adolf Huxley y Fernando Broncano, quienes “han impactado de manera contundente en mi pensamiento crítico”.

Concluye que “tengo un imaginario posthumanista en donde me aferro a lo humano, en donde quisiera rescatar esta parte humana”.

La muestra se puede visitar en el Museo Anbanica de Historia, en un horario de 10 de la mañana a 6 de la tarde.

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