El Centro de Arte Emergente, desde su inauguración, en marzo de 2021, es un punto de reunión de decenas de jóvenes que practican baile urbano, lo que se conoce como break dance, actividad que de acuerdo a revisiones hemerográficas nació en los barrios de Nueva York a mediados de los años 70, como una alternativa para revertir las peleas entre bandas callejeras.
El coordinador del Centro de Arte Emergente, Santiago Diez de Sollano Velasco, explicó que en este sitio se tiene un equipo que acude a las competencias, pero también participan jóvenes que únicamente bailan en la calle: “La idea es que convivan y se den un calentón con el baile”.
Detalla que los fines de semana hay encuentros de baile, donde también se reparten premios, “con estilos libres, son encuentros que se tienen habitualmente. Estos encuentros sirven de fogueo y duran varias horas”.
Además, resalta que los jóvenes entrenan los martes y jueves, durante dos horas, en el recinto. “Desde las 3 de la tarde hasta las 5 se tiene el entrenamiento para quienes se inician en esta actividad, para los niños y todos aquellos que quieran aprender”.
Agrega que también los martes y jueves entrenan después de las cinco de la tarde todos aquellos que “ya traen un nivel y quieren profesionalizarse, se les da esta oportunidad de medirse”.
En estos entrenamientos, realizados en los salones o la explanada del Centro de Arte Emergente, participan jóvenes que forman parte del equipo que acude a competencias oficiales y andan en busca de la profesionalización, “pero también chicos de la calle, niños y maestros de escuelas, lo cual genera una convivencia importante entre ellos para que se den calentón”.
A estos entrenamientos, refiere, se les denomina encuentros y en la mayoría de ellos se han entregado premios, son competencias o “batallas”, como ellos mismos le dicen, en muchos casos de baile contemporáneo.
El break dance, afirma, es parte de la cultura de la música hip hop o rap, el cual es un género de música popular desarrollado en Estados Unidos por afroestadounidenses, en el barrio del Bronx de la ciudad de Nueva York, en la década de 1970.
Aunque detalla que el baile se basa en la acrobacia y la fuerza del cuerpo “para mostrarlo en competencia de tipo urbano, lo que se promueve en las batallas de los chicos que compiten es romper todas las barreras de edades y género, entonces es común ver aquí batallar a niños, niños, chavas y chavos”.
Añade que el break dance se basa en una batalla “en donde resolvemos nuestras diferencias sin tocarnos”. Lo que hacen los competidores es enfrentarse con sus estilos de baile, “pero al final se abrazan, se dan la mano y se respetan, de eso se trata el break dance”.
Destaca que es un deporte olímpico y los jueces califican el estilo del baile y la cuestión escénica, “cómo fluye el juego, el movimiento de pies y las acrobáticas de aire, la rutina, el movimiento con la música, entre otros”.
El break dance, explica, es una expresión artística y deportiva que se genera y desarrolla en la calle o en el barrio, “esto no se aprendió en la escuela o institutos de danza”.
“El hip hop muestra que los chicos trabajan con sus cuerpos y también lo practican mujeres, la maestra principal es mujer”.
Reconoce que esta actividad lamentablemente ha sido estigmatizada con pandilleros y drogadicción, “debido a que este tipo de baile nace en los barrios donde hay problemáticas sociales y consumos perniciosos”.
“Los chicos que se integran a la cultura de hip hop, rap y grafiti son los que tienen mayores posibilidades de salir adelante debido a que aquí obtienen vínculos de otro tipo”.
Para practicar break dance, expone, hay que tener mucha condición física, disciplina y amor por lo que se hace, “pues los chicos bailan todo el día, algunos de ellos en los semáforos y después de ellos van a los entrenamientos”.
“Muchos de ellos corren, hacen yoga, tienen entrenamientos serios de trabajo, no sólo es cotorrear. Son atletas de primer nivel. Estos muchachos están más macizos que un bloque de cemento”, subraya.
En el Centro de Arte Emergente, asegura, les proporcionan gratuitamente el espacio, la música, el tapete para bailar, producciones escénicas, un médico y vestidores a quienes practican este baile “para que se sientan dignos y súper cómodos”.
Hay días, narra, que en los encuentros se llegan a reunir a más de 70 asistentes, todos ellos bailarines: “hay una comunidad grande”.
Reitera que el break dance es una actividad cultural y artística que se vincula al deporte, por gran trabajo físico que requiere, “pero además les da posibilidad de obtener un ingreso económico”.