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Con una obra que representa el mito chinanteco del origen del mundo, creado por los ancestros el Sol y la Luna, Mariela López se presenta en el Museo de Arte de Querétaro (MAQRO), en el programa de artistas emergentes. La pieza estará en exhibición, en el antiguo convento de San Agustín, hasta el 20 de marzo.
Mariela es una artista visual apegada a las artes gráficas, específicamente en el esténcil y el grabado. Es originaria de Oaxaca y radica en Querétaro desde hace varios años, en donde también realizó sus estudios.
“Sol y Luna” es el nombre de la pieza que presenta en el MAQRO un grabado en relieve que representa el mito chinanteco (Usila Tuxtepec, Oaxaca) que se extiende por todo lo ancho del territorio étnico, desde las selvas bajas hasta las montañas, y atraviesa las comunidades; la historia es conocida principalmente por las personas mayores que han heredado estos mitos de la tradición oral.
“En su tiempo fue una historia sagrada para los antiguos chinantecos, pues tiene dos figuras astrales de vital importancia para los pueblos agricultores: el Sol necesario para la siembra y buena cosecha de plantas como el maíz una deidad para los antiguos chinantecos, por su parte la Luna es el astro que le equilibra al estar asociado a las mujeres y regir el mundo entre ambos”, explica la artista.
“La obra de Mariela puede describirse como figurativa, siendo su búsqueda principal la expresión de un análisis introspectivo que tiene como argumento principal el retorno a la infancia, en una búsqueda de la resignificación de la vida adulta, a través de la memoria. Su trabajo se caracteriza por ser muy orgánico, utiliza diversos elementos de la naturaleza, siempre acompañando a una persona, fusionándose de una manera exacta en cada una de sus piezas”, se destaca en su semblanza.
Estudió en la Universidad Autónoma de Querétaro, y desde 2014 se integró al colectivo La Madriguera Gráfica, a lado de otros compañeros artistas interesados en el grabado y también originarios de Oaxaca.
En Querétaro, Mariela ha encontrado aprendizaje y experiencia, pero nunca se ha desentendido de sus orígenes. Su natal Oaxaca, explica, le ha brindado estructura, así como la definición de su personalidad artística.
Ha participado en diversas exposiciones colectivas, como “Mujeres grabando”, serie que destacó la labor de las mujeres en el arte del grabado, compartiendo espacio en la galería La Madriguera. Y más recientemente en la exposición “Mil artistas visuales de México”, que se presentó en el Centro de las Artes de Santa Rosa de Viterbo, Querétaro.