Al inicio de su carrera, Román recuerda que su forma de trabajar era acelerada, quería exponer aquí y allá, ahora su labor creativa, sin necesidad de detenerse, la lleva sin prisa y con total tranquilidad. El tiempo le ha brindado una visión distinta, aunque sigue en un proceso de búsqueda.

Trabaja pintura, grabado, fotografía, pero se define más como dibujante. Junto a Raúl Campos, presenta “Cuerpos errantes”, en el Museo Regional de Querétaro, exposición que estará abierta hasta el 17 de febrero.

En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, Román Miranda platica de sus ocupaciones y preocupaciones dentro y fuera de la hoja de dibujo.

¿Cómo evocas tus inicios, porque empezaste en la pintura?

Sí, es curioso porque una de las primeras disciplinas a las que me acerqué es la pintura, el acercamiento fue a la par del dibujo y el grabado, y eventualmente fui dejando la pintura, ahora me considero más dibujante, pero sigo en un proceso, en ese entonces había un ímpetu de aceleración por conseguir muchas cosas que no me permitían disfrutar lo que hacía y ahora me encuentro en una etapa en que estoy disfrutando mucho, principalmente porque estoy tomando las cosas con mucha tranquilidad, cuando pasan los años vamos viendo de manera distinta, antes había una urgencia por estar exponiendo aquí y allá, producir y producir. Ahora no paro de producir pero ya es otro ritmo, es otra visión y estoy disfrutando más.

¿Sigues entonces en un proceso de búsqueda?

La búsqueda siempre está. En un tiempo me preguntaban, ‘¿y qué buscas?’ Y yo contestaba las respuestas típicas, ahora lo que hago es buscar preguntas, más que respuestas. Y estoy en una búsqueda de seguir, estoy consciente de que lo que estoy produciendo no es lo que voy a producir en algunos años más, habrá un cambio. No es una búsqueda, de que me falte aprender algo, en cuanto a técnica, pero sí sigo en un proceso. A mí me disgusta un poco cuando se refieren a mí como maestro, si es en el entendimiento que imparto talleres podría ser aceptado, pero entendido como una maestría, me falta mucho camino, en ese sentido, me sigo considerando dibujante, porque a pesar de que vemos en esta exposición (Cuerpos errantes) que estoy aplicando óleo y colores, son piezas resueltas a partir del dibujo. A pesar de que hay algunas piezas que a primera vista se pueden percibir como pintura formal, siguen siendo construidas a partir del dibujo. El dibujo predomina dentro de mi trabajo.

¿Por qué ese hincapié en definir tu trabajo desde el dibujo?

El dibujo es la base de muchas de las disciplinas, un buen dibujo se reconoce cuando vemos una escultura o pintura, ahí se reconoce al buen dibujante, y yo sigo empecinado en eso. En algún momento dije: ‘Voy a empezar a pintar hasta que haya alcanzado mi punto máximo de dibujo, lo más que pueda dar como dibujante’, pero ya me di cuenta que nunca voy a encontrar eso, no va a llegar el día en que yo diga: ‘Este dibujo es mi pináculo’. Y mucho menos voy a ser yo el que lo pueda decir, pero sé que sigo en el proceso, y esta búsqueda muchas veces ni siquiera es consciente, de lo que sí estoy consciente es que no tengo que parar. Me gusta mucho trabajar con las coincidencias, con el azar, y en ese sentido a veces las temáticas no las busco yo, se dan. A la mejor dentro de unos años me dedico a pintar óleo exclusivamente y dejo el dibujo, pero siempre va a estar el dibujo, por eso hago tanto hincapié en el dibujo y se le ha dejado de dar la importancia que tiene el dibujo, como base.

En Cuerpos errantes hablas de la memoria, ¿qué te preocupa de este tema?

Es que somos nuestro pasado y de repente olvidamos de dónde venimos, ahorita hay una aceleración en todos los sentidos, el ritmo al que estamos viviendo es casi infrenable, es como una invitación a un ejercicio de memoria de nuestro pasado, de lo que hemos vivido, que a final de cuentas es lo que nos tiene en este espacio, en este lugar siendo lo que somos, no lo podemos cambiar, pero nuestro pasado ya está y fue, y ahora vamos idealizando estos recuerdos; por otro lado vuelvo a la temática de la familia, por esta ansiedad de que se va el tiempo y los recuerdos que tengo con mis hijos están ahí y siempre los voy a llevar conmigo, pero por el mismo tiempo veo que dejan de ser eso que tengo en mis recuerdos, porque al crecen van cambiando, es como una especie de aferrar, no con un sentido de posesión sino de conciencia, así lo percibo, por eso es que en mi obra hay muchos objetos, ese tipo de cosas, por más simple, nos recuerdan algo. Esto de la memoria es tratar de estar despierto a lo que está sucediendo, por eso también estoy en la etapa en la que me siento más tranquilo, sin tanta prisa y tratando de disfrutar todo.

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