La palabra tlacuache fue intervenida por un grupo de artistas para nombrar a su colectivo, y lo hicieron interponiendo la palabra cuate, que significa amigo y hermano. El resultado fue Tlacuates, y su iniciativa busca acercar el arte a todo público, con productos de precios accesibles.

Xoch Anaya, Lia Berrospe, Adriana Cervantes, Zindy Cervantes, Itzel Álvarez y Elizabeth Plaza forman Tlacuates, “colectivo de artistas emergentes tratando de vivir del arte”, que hacen stickers, dibujos, pinturas, textiles, hasta muñecos que pueden ser objetos coleccionables, y brindar una experiencia de juego, contrario a la regla de museos y galerías en donde se prohíbe tocar las obras de arte.

Algunos integrantes tomaron la actividad artística por cuenta propia, hay estudiantes y egresados de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), como Elizabeth Plaza, quien se graduó  en  enero, actualmente es diseñadora de una agencia y como el resto de sus compañeros del colectivo, a la par de su labor diaria, trabaja en obra personal que pone a la venta a través de Tlacuates.

Por medio de bazares ofrecen sus piezas, los eventos más próximos son: Eco Bazar, en la UAQ,  por el pasillo de la Facultad de Psicología, en donde estarán de 10 a 2 de la tarde, este  jueves 18 de mayo.  Y el 24 de mayo, en el Mercadito Estudiantil de la UAQ, en el mismo sitio, de 11 de la mañana a 5 de la tarde.

El proyecto comenzó hace dos años, con una idea clara: vender su obra a precios accesibles.

“Somos un pequeño colectivo de artistas emergentes, no pretendemos sobresalir en el mundo artístico, sino obtener justamente ganancias de nuestro trabajo, sin necesariamente estar en una galería, nuestra intención principal es acercarnos a las personas. Y surge por esa necesidad de encontrar un ingreso extra de nuestro arte”, explica en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro,  Elizabeth Plaza.

El nombre del colectivo  surgió porque querían identificar el arte local con algo que hablara también de la región.

“Entonces, buscamos un animal endémico del país, pensando que sería muy significativo para el nombre, y la palabra cuate se usa para referirse a alguien íntimo, como a un amigo, o un hermano, lo cual nos parece más agradable. La idea es ser un espacio donde se puedan compartir nuestras obras y nuestras experiencias”.

Su producto estrella son los stickers, con los que empezaron a gestionar el colectivo, y cada miembro tiene su  colección.

Cada uno de los participantes del colectivo posee intereses diferentes y por lo mismo sus piezas son distintas, eso sirve para presentarle al público una variedad de obras.

“Somos un grupo muy diverso, así que nuestros productos van desde productos textiles, arte digital, pintura, joyería”.
Por ejemplo, Elizabeth tiene un proyecto centrado en toy art, muñecos  que pueden ser adquiridos y guardados como piezas coleccionables o, bien,   como un juguete.

“Nacen de una necesidad artística de encontrar el contacto con el arte, porque las galerías o los museos usualmente no dejan tocar las piezas, entonces, de esa necesidad de querer tocar el arte surge la idea de crear una muñeca, un objeto artístico con el cual se pueda jugar o coleccionar. Yo me pongo a hacer muñecas y son muy variadas, sobre todo porque busco que sean de material reciclable, el relleno es con telas en desuso, y el mismo material es con tela reciclada”, explica.

Los  artistas se organizan para buscar espacios y bazares en donde ir a vender sus piezas.

La petición que hace esta joven artista es apoyar a los artistas locales, “la simple visita y visibilización de nuestro arte es muy grata, pero el comprarnos un sticker de verdad nos ayuda mucho, ese sticker es parte de nuestra identidad y verlo en la calle nos parece muy importante”.

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