“Hemos dado funciones en sitios donde no se habla castellano y a los que hemos llegado montados en mulas. En algunos lugares nos han robado y los aparatos de sonido los han tirado al río; nos han apedreado. (...) También hemos bailado en lugares donde la gente nos decía que después de ver nuestras danzas podía morir tranquila”, estas palabras son de la coreógrafa y bailarina Guillermina Bravo, y ahora que se conmemora el centenario de su nacimiento, el Centro Nacional de Danza Contemporánea (Cenadac) ha compartido en sus redes frases célebres y algunas fotografías del baúl de los recuerdos.
Aunque la pandemia ha limitado el magno festejo que merece la llamada Madre de la danza contemporánea, ya se vivió de manera virtual el “Coloquio Guillermina Bravo 100 años 1920-2020”, en conjunto con la Coordinación Nacional de Danza, para hablar de la trayectoria de Bravo, como una pionera de la danza, su estilo artístico y su legado. Danza UNAM también organizó una charla con exalumnos de la maestra.
Y ahora tendrá su propio homenaje en Querétaro, entidad en donde la coreógrafa fundó el Cenadac y el Colegio Nacional de Danza, formando a los jóvenes que ahora lideran la escena de la danza en México.
Del 1 al 4 de diciembre en el foro múltiple del Museo de la Ciudad de Querétaro se presentarán seis compañías, con algunos exalumnos de la maestra Bravo, para rendirle los honores que merece.
En esta celebración participa la compañía Ciudad Interior, de Alejandro Chávez; Teatro Coreográfico Alternativo, con la dirección de Jaime Blanc; VeOzdanza de México, de Rayito Zamudio; Epicentro, Grupo Experimental del CENADAC, con la dirección de Alexis Méndez, y la Compañía Internacional Proart.
Las funciones serán a las 20:00 horas; cada día se presentará un programa y una compañía diferente. Se pide hacer previa cita (pueden consultar mas detalles en la página del Centro Nacional de Danza) y todo el público deberá seguir las indicaciones de sanidad y uso obligatorio de cubreboca.
También participará en este homenaje la compañía Aletheia Escénico, de Bárbara Alvarado, bailarina y coreógrafa que fue elegida por Guillermina para continuar con el trabajo del Ballet Nacional de México, creado por la maestra, a través Aletheia.
“A mí me tocó bailar la última racha de sus obras en el Ballet, bailé Constelaciones y danzantes, y de ahí empecé mi relación con ella, a partir de ahí me di cuenta que, desde que me conoció, me eligió para seguir su proyecto, era mi gurú”, platicó Bárbara a EL UNIVERSAL Querétaro, en entrevista previa.
El Cenadac y el Colegio están bajo la dirección de Orlando Scheker, quien continúa la misión de la coreógrafa, con el mismo espíritu, y enfrentando la misma pelea: la falta de presupuesto para un proyecto nacional.
Guillermina Nicolasa Bravo Canales nació en Chacaltianguis, Veracruz, el 13 de noviembre de 1920 y falleció el 6 de noviembre de 2013.
Fue bailarina, coreógrafa, maestra y promotora cultural incansable. En su legado se cuentan más de 60 coreografías. Dedicó toda su vida a la danza, como declaró su hija Claudia Sánchez Bravo.
“Para mi mamá toda su vida lo primero fue el trabajo, fue la danza, no le importaba nada más que la danza, construir un conocimiento en los cuerpos, que los bailarines supieran, no era que supieran bailar, sino formar cuerpos, grupos, expresarse a través de sus coreografías; entonces para mi mamá siempre fue su trabajo, la danza, por eso pudo formar un legado, porque contra viento y marea trabajaba día y noche, sin descanso”, recordó.
Y hasta en sus últimos días, la maestra pensaba en sus alumnos y su amor por la danza.
“¿Cómo está la escuela, cómo están los muchachos? Que no dejen de bailar, tienen que enamorarse de la danza, que la amen todos los días”, platicó en una entrevista previa a este medio, el balarín y coreógrafo Miguel Ángel Añorve.
El mismo Miguel detalló que Bravo tenía tantas cosas por contar, pero no escribió un libro, “ella lo decía todo bailando”.