Los acontecimientos históricos en que se ha visto envuelta nuestra entidad, desde la Conquista hasta nuestros días, han traído consigo una serie de innovaciones, aportaciones y cambios en la fabricación de textiles impactando directamente en el diseño de la indumentaria de nuestros pueblos. Los nuevos materiales y técnicas vinieron a enriquecer las técnicas originarias y en otros casos, a sustituirlas. Ejemplo de esto fue el cultivo del gusano de seda y del cáñamo, o de la crianza de ganado ovino que dio paso a la fabricación de telas de lana que eran cardadas e hiladas en rueca. Posteriormente se introdujo el telar de pedal, aunque muchas personas seguían en sus chozas utilizando los nuevos materiales introducidos y tejiendo en telar de cintura, legado centenario de sus antepasados.
Querétaro tiene 18 municipios ricos en costumbres y tradiciones y la indumentaria de estos pueblos está cargada de esa herencia cultural. A través de los años, las vestimentas originarias: se han transformado y desafortunadamente, en la mayoría de los casos han desaparecido. Las causas son diversas; los medios económicos, el modernismo, los medios de comunicación a los que las comunidades tienen acceso y una creciente migración hacia las ciudades o a Estados Unidos de América, por nombrar algunos, son algunos de los factores que influencian la forma de vestir de los habitantes de nuestro estado desde hace muchos años.
Uno de los municipios más grandes de nuestro estado es Cadereyta de Montes. Es parte del semidesierto queretano y limita al norte con los municipios de Peñamiller, Pinal de Amoles y San Joaquín; al poniente con los municipios de Ezequiel Montes y Tolimán; al sur y al oriente con los municipios de Zimapán y Pacula, pertenecienteFos al estado de Hidalgo.
Cadereyta tiene una zona indígena otomí muy importante al norte de su territorio, abarcando varias rancherías. Entre ellas está Sombrerete, que pertenece a la delegación de Vizarrón de Montes. En los inicios de mi investigación de la indumentaria tradicional del estado, por medio de recomendaciones terminé en esta comunidad. Así conocí a la señora Eleuteria, quien seguía tejiendo lana en telar de cintura. Tuve la fortuna de que me narrara cómo su mamá y su abuela todavía llegaron a portar esta vestimenta. Basándose en sus memorias, me pudo confeccionar los trajes de hombre y de mujer hechos en lana, porque según sus recuerdos, se usaba así por ser una parte muy alta y fría. Ella misma me recomendó posteriormente que visitara a la familia Rodríguez para que complementaran los trajes con bordados sacados de muestrarios originales.
El traje de la mujer consta de una camisa y nagua de manta bordadas con hilo de algodón en técnica de hilván. La enagua, faja, quechquémitl y rebozo son tejidos con lana en telar de cintura. Comúnmente usaban huarache de correas de cuero. Otro traje que también se encontraba en uso antiguamente y que era de diseño más sencillo, consta de nagua y camisa de manta bordadas con hilo de algodón, enagua y delantal de cambaya y huarache de correa. Embellece la vestimenta el uso de rebozo jaspeado.
El traje del varón, que era de una confección más sencilla, constaba de calzón y camisa de manta bordados en hilo de algodón. Usaban una jerga, faja y manguillo de lana tejidos en telar de cintura. Este último es una prenda a manera de mangas que se usaba para cubrir sólo los brazos y la parte superior del pecho y espalda. Igual que la mujer, usaban huarache de correa además de sombrero de vuelta y vuelta o xamatí para cubrirse del sol.
