“¿Por qué juguetes?, porque a través de ellos es más fácil llegar a los niños y emocionarlos con la historia de su país; además, ellos son expertos en el tema y nos interesaba conocer su opinión sobre estos objetos que más que juguetes, son artesanías”, explicó Yolanda Alonso, organizadora de la tercera edición de la muestra Juguete mexicano, compuesta por cerca de 200 piezas, en la que destacan baleros, matracas, trompos, muñecas de trapo, pirinolas, yo- yos y canicas.
La también egresada de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro detalló que además de la exposición realizada por sus alumnos y que se exhibe en el Museo de la Ciudad, se contará con la presencia de Yosoyoho, la marca creadora de Xahni, una muñeca otomí que es capaz de reproducir frases en español y hñähñu.
Así mismo estará la fábrica Pasatiempos Gallo, de Luis Landín, promotor de la cultura mexicana a través de la difusión del tradicional juego de la lotería.
En el área artística, se contará con la participación de Eduardo Ruiz, un joven pintor almeacense que ha enfocado su obra a la preservación y difusión cultural de su municipio, y Manuel Uribe, otro artista plástico también de Amealco que se ha dedicado a impulsar la cultura y artesanía indígena, plasmando en sus pinturas a la muñeca Dönxu, originaria de San Ildefonso Tultepec y la muñeca Lele, de Santiago Mexquititlán.
Y para brindar un ambiente alegre, el cantautor José Luis Aguilar, mejor conocido como El pintor musical de Querétaro, entonará divertidas canciones para los visitantes.
La génesis de este proyecto se gestó cuando Yolanda Alonso decidió acercar a sus estudiantes a la historia y las tradiciones de su país a través del juguete artesanal mexicano, para así lograr que los pequeños se apasionaran con la historia de sus antepasados.
A lo largo de un ciclo escolar, los alumnos de preescolar y primaria conocieron las experiencias vividas por sus padres y abuelos durante su infancia, después revisaron las técnicas artistas junto a su profesora y alistaron sus pinceles, brochas y demás materiales, para recrear estos objetos tan entrañables.
“El proceso creativo duró cuatro meses. En la primera fase, los niños no sólo se dedicaron a recopilar las historias sobre estos objetos, sino también interactuaron y aprendieron a jugar con ellos, de tal forma que en la siguiente etapa pudieran plasmar toda su complejidad”, detalló Alonso.
Además, como parte de este programa educativo, la docente y artista llevó a sus alumnos del instituto Franco Queretano, al Museo del Juguete Popular Mexicano “La Esquina”, ubicado en San Miguel Allende, Guanajuato.
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