Parecía una entrevista normal, Vicente Fernández platicando desde su rancho Los Tres Potrillos con el periodista Gustavo Adolfo Infante acerca de su vida y de pronto, le suelta que durante una gira le detectaron cáncer y le dijeron que necesitaría un trasplante de hígado, cosa que rechazó por razones que compartió.
“Querían ponerme un hígado de otro cabrón. Yo no me voy a dormir con mi mujer con el hígado de otro wey, ni sé si era homosexual o drogadicto”, dijo al periodista.
Sus palabras no pasaron desapercibidas, pronto se convirtió en tendencia y hubo muchas críticas sobre su comentario homofóbico, sin embargo, su hijo, Vicente Fernández Jr. Dijo a EL UNIVERSAL con evidente indignación que este hecho ocurrió en 2012 y que no falta quien quiere “hacer chisme”.
“Mi padre nunca declaró acerca de ser homofóbico, ni tener una preferencia sexual de alguna persona, lo único que dijo es que nunca iba a dormir con el hígado de otro cabrón”.
Fernández Jr. aseveró: “¿Tú crees que lo que tenemos, el trabajo de mi padre, el de Alejandro, el mío y lo que se ha hecho en la oficina, es exclusivamente de las personas de preferencia heterosexual?, en el público no hay preferencia, ni secciones tipo A, B o C, el público es uno solo, se considera como una unidad, sea de donde sea y sea como sea”.
Fue en 2012 que, de acuerdo con su hijo, el cantante se sometió a una operación de hígado, ya que se le detectó cáncer.
Al estar viviendo una situación que Chente Jr. describe como difícil, él mismo se hizo exámenes para ver si podía ser donador de una parte de su hígado, que es el único órgano que se regenera, pero aún así Chente se negó.
“Por algún posible error o efectos secundarios mi padre se negó, no porque él tuviera los efectos sino para que yo no fuera a vivir alguna situación en contra de mi salud física por haberle donado parte del hígado, cuidando mi integridad”.
Aclaró otras inconsistencias en las declaraciones de su padre, como que se quedó en Chicago y no en otro lados y que el proceso de donación fue largo. “En la declaración se decía que ya existía un donante pero no había donantes, era un proceso de espera de seis a siete meses mínimo si nos iba bien y no se podía esperar, por eso se operó de la manera que se operó”.
También reiteró que la noticia es vieja y que hoy su padre está muy bien de salud.